Labor concluida
Laura Ortiz C./ CAMPUSlortiz@una.cr
De acuerdo con González, mientras que la matrícula de estudiantes de primer ingreso en la universidad antes de la instauración, en el 2009, del modelo estratificado mostraba un comportamiento errático y sin direccionalidad hacia grupos de la población nacional en desventaja, cinco años después, hay un aumento considerable y sostenido. “En el 2005, un total de 3.313 estudiantes presentaron documentos para ingresar a la UNA y se matricularon 2.545; en el 2015 entregaron documentos 7.430 y se matricularon 4.052, de los cuales 79,3% proviene de colegios nocturnos rurales y otras modalidades del sistema educativo público y tan solo un 21,7% proviene de colegios privados”.
González también destacó el aumento de estudiantes a los que se les asigna beca socioeconómica, que pasó de 2.958, en el 2009, a 5.612 en el 2014, para un registro total de la población que recibe algún tipo de beca cercano a un 60%, porcentaje que aumenta entre los estudiantes de las sedes regionales, donde supera el 85%.
Inversión y normativa
León destacó la inversión en equipo científico-tecnológico para fortalecer la producción académica, la cual se ha logrado gestionar con recursos externos, que tiene como propósito la compra de equipo o la mejora de infraestructura existente. “A partir de 2009, se estableció el fondo para apoyar la adquisición de equipo científico y tecnológico creado por CONARE y financiado por fondos del sistema. El resultado de estas acciones se refleja en estos últimos tres años donde la inversión en este rubro está por encima de los 600 millones de colones por año”.
La exrectora reconoció que en su gestión se hicieron avances sustantivos en distintas áreas, pero que todavía era urgente asegurar la planificación del quehacer universitario con visión prospectiva, con especial atención al aseguramiento de la sostenibilidad financiera.
También destacó la aprobación de un nuevo Estatuto Orgánico. “Este supone la materialización de la mayor oportunidad de promover cambios sustantivos en nuestra universidad; no obstante, el reto en estos momentos ya no está tanto en la normativa vigente, como en la posibilidad de la redacción de la nueva. No podemos dejar pasar la oportunidad de construir un cuerpo jurídico más simple, con mayor desconcentración, con acentuación en la responsabilidad y la rendición de cuentas y sobre todo con mayor posibilidad de responder a los retos y demandas emergentes de la sociedad”.