Crisis siria se desborda
Silvia Monturiol F. /CAMPUSsmonturi@una.cr
Iniciado en 2011 en el contexto de los reclamos por cambios políticos de la “primavera árabe” y atizado con la intervención del régimen de Bashad al Assad contra los rebeldes, el conflicto sirio ha cobrado más de 250 mil muertos, 500 mil heridos, 70 mil desaparecidos y más de 4 millones de refugiados, ante la indiferencia de Occidente.
La crisis se complica –según Álvarez Ossorio– por la fragmentación de los grupos rebeldes.
Moderados, seculares, islamistas, salafistas y yihadistas, algunos enfrentados entre sí, conforman la oposición a un régimen violento, que hoy apenas controla un tercio del territorio, a pesar de que actores regionales, como Rusia e Irán, le proveen armamento, dinero y petróleo.
Mientras tanto, el Estado Islámico, en su cruzada por la creación de un califato islámico con los países árabes y musulmanes, se extiende y fortalece su influencia en el territorio sirio.
“Es evidente que no hay solución militar al conflicto de Siria, ya que luego de 5 años de guerra, el país está cada vez más dividido y la violencia es más enconada”, afirmó Ignacio Álvarez Ossorio, experto de la Universidad de Alicante, España. |
Desbordados, estos países han cerrado sus fronteras, por lo cual las víctimas del drama sirio acuden a Europa, donde Alemania –motor económico del continente– les ha abierto las puertas; eso sí, con la advertencia de que acogerá un máximo de 500 mil refugiados.
“Si se prolonga el conflicto, el problema se agravará”, advierte el experto de la Universidad de Alicante, haciendo alusión no solo al drama que vive el pueblo sirio, sino al impacto de la salida masiva de refugiados hacia Europa. “Hay 8 millones de desplazados internos, muchos de los cuales intentan salir de Siria”, explicó.
Ante este panorama, el especialista en temas de Medio Oriente sostiene que la única salida es la diplomática, aun cuando destaca la gran dificultad de lograr acuerdos entre múltiples actores con objetivos muy diferentes. Considera que un primer paso en la dirección correcta sería que la comunidad internacional presionara a las partes para que negocien al menos la posibilidad de establecer “altos el fuego” parciales en zonas sometidas a intensos bombardeos donde hay población civil e interrumpir cualquier tipo de injerencia extranjera, tanto en apoyo al régimen de Assad, como a los grupos rebeldes, que han contado con Arabia Saudí, Turquía y Qatar para armarse.
“En el momento en que se cierre el grifo de la financiación externa, será más sencillo que se alcancen esos altos el fuego”, subrayó Álvarez Ossorio.