Venezuela-Colombia
Experta duda sobre solución a conflicto transfronterizo
Pese a que el gobierno colombiano apuesta por el diálogo y la diplomacia para solucionar el conflicto con Venezuela, experta vislumbra un panorama incierto para el próximo año. Johnny Núñez/CAMPUS
jnunez@una.cr
Sierra formó parte del grupo de investigadores internacionales invitados para analizar la situación actual que afrontan las regiones fronterizas de los países de América Latina, en el marco del III Encuentro Transfronterizo, realizado en el campus Nicoya de la Universidad Nacional (UNA) y organizado por la Escuela de Relaciones Internacionales de esta casa de estudios.
La experta reafirmó que, a pesar los intentos de paz gestados por el mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, el 2016 se percibe como un panorama sombrío, dada la posición hecha público del presidente venezolano Nicolás Maduro. “Ya Maduro nos anunció que no abrirá la frontera, mínimo hasta dentro de seis meses, debido a una serie de medidas regulatorias que pretende implementar”.
Sin embargo, debido a una serie de denuncias de derecho internacional humanitario, interpuestas por el presidente Santos, Maduro dio un pequeño viraje en su mensaje alegando que construía paz en la frontera y hasta cambió un rótulo en el cordón fronterizo por emblemas más positivos.
Jugada política
Marina Sierra, docente de la Universidad Francisco de Paula en Santander, Cúcuta, Colombia, investigadora del tema transfronterizo. |
Asimismo, Sierra considera esta maniobra como un drama humano porque el tema del desarraigo golpea muy fuerte, al punto que muchos colombianos expulsados recriminan la acción de Maduro de expulsarlos, cuando aportaron al desarrollo de Venezuela por más de 20 años, mientras que otros alegan sentirse pisoteados como para regresar a tierras venezolanas.
Sierra explicó que otros analistas, al igual que ella, coinciden en que Maduro pretendía que Santos se alterara y enviara el ejercito a la frontera y provocar una seria confrontación, lo cual habría puesto en ventaja a Maduro en este conflicto.
Destacó que afortunadamente, la canciller y el presidente Santos le apostaron a la diplomacia y al diálogo. “Santos no caerá en el juego de confrontación que pretende Maduro, pues a pesar de los conflictos históricos somos naciones hermanas que se necesitan. Venezuela no puede seguir importando desde China, Argentina y Brasil con una frontera tan amplia con Colombia, en donde conseguiría importaciones mucho más económicas”.
Paz con las FARC
Sierra recalcó que desde hace muchos años existen las disputas fronterizas, ya que por ejemplo, en la Guajira, aún no se define el límite de una región conocida como Castillete y también que Colombia aspira a tener una parte del golfo de Maracaibo, el cual es muy rico en petróleo, por lo que Venezuela elude discutir.
Puntualizó que la estrategia de Santos se basó en agilizar el proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), para terminar con el casi “chantaje” de Venezuela de que Colombia es parte del proceso de paz con la guerrilla, la cual se pactó para marzo de 2016 y que es esperada por todos los colombianos. “Una vez firmada la paz con las Farc, creemos que el tono de Maduro hacia el presidente Santos tendrá un giro favorable”.
Dada la relevancia internacional del conflicto y el valor investigativo que conlleva, se decidió que el IV Encuentro Transfronterizo se realice en marzo del 2016 en la ciudad de Cúcuta, Colombia.
Génesis del conflicto
El conflicto entre ambos países comenzó el 19 de agosto 2015, cuando el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó el cierre de algunos pasos en la frontera con Colombia y ordenó deportaciones masivas, luego de que tres soldados venezolanos resultaron heridos en un operativo anticontrabando. El gobierno venezolano considera que detrás de esos ataques y del contrabando hay paramilitares colombianos.
Desde el principio, la decisión generó un conflicto diplomático con Bogotá por las condiciones en las que se realizaron las deportaciones y el trato que se les dio a ciudadanos colombianos, que perdieron gran parte de sus posesiones y, en algunos casos, incluso fueron demolidas sus casas.
El estado de excepción que dispuso Caracas ese mismo día, con una vigencia de 60 días, tampoco fue bien recibido, ya que restringe garantías constitucionales y amplía las facultades de militares y policías venezolanos para llevar a cabo detenciones y deportaciones.
La decisión de Maduro de decretar el estado de excepción durante 60 días y no descartar prorrogarlo en el tiempo y el espacio implica que nadie podrá realizar campaña electoral en los municipios afectados.