Entrelíneas
MachisNO y paz en los hogares
Silvia Monturiol F. /CAMPUS
Al acercarse Navidad, cuando aparte de las comidas y los regalos, llega el consumo excesivo de bebidas alcohólicas tanto a los hogares costarricenses como en el ambiente "fiestero" fuera de ellos, cae "al pelo" la campaña mediática lanzada recientemente por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) y la Unafut denominada "MachisNO".
Y es que no duda de que el exceso de alcohol aumenta la agresividad, como tampoco la hay de que pese a los esfuerzos dirigidos en el país a lo largo de los años para promover la equidad de género en las diversas áreas, el machismo continúa como un sólido patrón cultural.
"Esencialmente, el machismo es el patrón cultural que le da al hombre el poder de controlar a la familia y de poner a la mujer en una posición de obediencia y sumisión", decía Michael Kaufman, en La paradoja del poder. Violencia doméstica contra mujeres, niñas y niños desde la perspectiva de género, que el Instituto de Estudios de la Mujer (IEM) ya publicaba desde los años 90.
Los hijos también son afectados con el machismo, como lo subraya hoy Pablo Chaverri, del Instituto de Estudios Interdisciplinarios de la Niñez y la Adolescencia (Ineina) del CIDE, porque a pesar de que el país cuenta con un marco jurídico avanzado en materia de protección de derechos de esta población, la realidad es que estos son irrespetados. Uno de los factores que menciona Chaverri como causa de este irrespeto es la persistencia de la violencia, que está impregnada en lo cultural-histórico. "El concepto pater familias, que tiene que ver con el padre todopoderoso que puede hacer con sus hijos y su familia lo que le plazca, porque son de su propiedad, tal como se concibió en el derecho romano", subraya el especialista, quien reconoce que aunque esa legislación no está vigente, en la mente de muchos pareciera que sí lo está.
En fin, la población costarricense está tan acostumbrada a convivir con comportamientos machistas, que casi nadie se ocupa de identificarlos y prevenirlos. Eso es precisamente lo que la campaña "MachisNO" hace cada día con sus mensajes. No solo se ponen en evidencia los comportamientos violentos y la necesidad y posibilidad de evitarlos o controlarlos, sino que se muestra en los anuncios que padres y madres están en la capacidad y en la responsabilidad de compartir los roles que demanda una familia, entre ellos el cuido de los hijos.
Ojalá la campaña "MachisNO" contribuya a lograr el objetivo de "sacar de la mente de muchos" la visión del padre todopoderoso y que poco a poco, a punta de educación por diferentes medios, reine la paz en los hogares ticos, en esta Navidad, y más allá de ella.