El 59 Festival Internacional de Cine de San Francisco

Una visión desafiante y refinada

Gabriel González-Vega*
gabriel.gonzalez.vega@una.cr

Luego de apreciar el ánimo combativo del Festival de Cine Latino cuando en el 2002 competimos con Password/Una mirada en la oscuridad un Premio del público y disfrutar de la diversidad y su luminosa riqueza en varias ediciones del esmerado Festival Internacional de Cine LGBT de Frameline, accedí como crítico de cine al venerable Festival Internacional de Cine de San Francisco, en su edición 59. Una bien pensada mezcla de radicales textos fílmicos, programas ingeniosos y personalidades rutilantes que se juntaban en el evocador lounge del evento, donde confieso que hice fiesta con los snacks.

El hermoso Festival de Cine Latino de Chicago, un itinerario gastronómico y audiovisual delicioso en una ciudad reluciente, había concluido entre vinos y risas con una estupenda comedia de enredos a sala llena, la taquillera Sin hijos. Con ingenio y perspicacia notables, humor constante y solidez argumental, nos hace penar y gozar con el tipo que trata de ser a la vez padre ejemplar y amante sin tregua con nada menos que la exquisita Maribel Verdú, toda virtudes, salvo que detesta a los niños (aversión más frecuente de lo que se estima). Sin excesos ni majaderías, con destreza y buen ritmo, muestra la salud y madurez del cine argentino. No se la pierdan!! Clausura que coincidió con la inauguración del Festival Internacional de Cine de San Francisco, por lo que no pude disfrutar de Amor y amistad, basada en la novela de Jane Austin. Sin embargo, unas horas de vuelo y a los filmes que miré en Chicago agregué otra veintena, a pocas cuadras de la antigua Misión Dolores, donde Hitchcock filmó Vértigo, en la Ciudad de la Bahía. Que por cierto el Festival nos ofreció un recorrido didáctico por las calles y edificios del cine negro, incluida la calle Monroe rebautizada Dashiell Hammett.

También rindió homenaje a la valiente denuncia periodística Spotlight, al entrañable clásico sobre las adicciones Réquiem por un sueño que tanto inquietaba a mis estudiantes—con la presencia de la inigualable Ellen Burstyn y al legendario debut de los hermanos Cohen, Simplemente sangre, una lección magistral de cine que extasió a cinéfilos por doquier.

Indignación

Por un lado, analizamos inquietantes documentales que confío comentar próximamente en Primera Plana (del Colegio de Periodistas), como Under the Gun (Soechtig), que desmenuza la locura impuesta a los Estados Unidos por la poderosa National Rifle Association la élite que la controla un país muy violento, hacia dentro y hacia fuera, donde cualquiera puede adquirir un arsenal militar para aniquilar a quien se le ocurra, como vemos que ocurre una y otra vez; o, a escala mundial, Shadow World (Grimonprez) que expone el inmenso tráfico de armas realizado con la complicidad de los más conspicuos políticos del mundo.

Por el otro, nos asomamos a la complejidad de los afectos humanos en dramas conmovedores, especialmente de jóvenes al vaivén de sus pasiones y la represión e intereses que los cercan y asfixian, como en la premiada Demons (Lesage), la incisiva Little Men (Ira Sachs), la graciosa Sopladora de hojas (Iglesias) y la horrible Wild (Krebitz).

Me impresionó durante el cineforo el aplomo y la serena simpatía del muy respetado Peter Schamus (Premio Kanbar SFIFF 2010), quien luego de ser un formidable empresario (Focus Group Eterno resplandor de una mente sin recuerdos ), guionista (Tigre, dragón), productor (EL secreto de la montaña), se aventura como realizador con la prestancia y rigor esperables adaptando una novela del formidable Philip Roth. Indignación es título y concepto que un acertado Logan Lurman (Las ventajas de ser invisible) encarna como el joven judío, hijo de un carnicero humilde, que para no ser carne de cañón en la Guerra de Corea, consigue matricularse en una universidad católica conservadora en Ohio. Allí el magnífico estudiante e hijo devoto sortea le necedad de sus compañeros de habitación y evita los grupos organizados, concentrado en el estudios. Mas para el joven inexperto bastan las piernas atractivas de una compañera (Sara Gadon) tan bella como neurótica para precipitarlo en una cadena de situaciones que lo condenan, pese a su talento excepcional. Lo que unido a una dignidad y voluntad férreas lo hace enfrentar a la autoridad conservadora, él ateo hombre de principios (afín a Bertrand Russell), el decano (Tracy Letts) moralista rígido pero habilidoso, acostumbrado a dominar su rebaño. El filme nos ofrece una discusión de 15 minutos entre ambos donde no se miente pero sí se manipula, que es una de las mejores escenas de la historia del cine. Mas todo el filme es de una sutileza y profundidad magistral, vertida con una forma que habría aplaudido Séneca (el arbiter elegantiarum). Es una reflexión pausada, verdaderamente genial, sobre el destino y el peso de los más pequeños acontecimientos que definen nuestra vida. Aplaudido en Sundance, ojalá podamos analizarlo en la UNA, pues a fin de cuentas se planta frente a la educación tradicional con ideas demoledoras.

Por cierto, los invito a leer mi artículo (en Áncora) sobre otro joven talento en un ambiente hostil: El hombre que vio el infinito (el matemático indio Ramanujan), brillante filme también saboreado en este Festival.

Indywood

Recordamos que el sétimo arte inició en Nueva York, en realidad en Francia con los hermanos Lumiére y el mago Méliés; pronto pasó al sur de California por razones de clima y patentes, a un pequeño rancho y poblado, Hollywood, que hasta la fecha domina la industria. Luego en los 70 se habló de Bollywood en referencia al cine hindi de Bombay (Mumbai), parte del mosaico fílmico de la India, el mayor productor y consumidor de cine de toda la Tierra. Ahora, un ambicioso proyecto, Indywood, asentado en el estudio más grande del planeta, Ramoji, en Hyderabad, al sur de la India, procura unir al cine de ese país y éste con el mundo, e incluso desplazar a Hollywood en ganancias y prestigio. Para eso realizarán el fabuloso Carnaval de Cine y su All Lights International Film Festival del 24 al 27 de setiembre.

Especialistas y empresas de Costa Rica pueden y debieran participar; de hecho, el suscrito, primer profesor de cine en la UNA en 1982, y el estudiante avanzado de sociología del arte y barítono del Coro Sinfónico Nacional, Braulio González el festival enfatiza la música ya fuimos invitados, así como el filme Presos, de Esteban Ramírez, Premio Nacional de Cine y laureado en Santander, Trieste y San José, del que soy asesor. Comparto el vínculo de este maravilloso evento: http://aliiff.com/ Ojalá puedan asistir para aprender, negociar, producir y disfrutar.

* Académico jubilado del Centro de Estudios Generales, UNA

  • CAMPUS Digital

    Julio 2016 - Año XXVI # 277

    Oficina de Comunicación, Universidad Nacional. Apartado 86-3000, Heredia - Costa Rica. Teléfonos (506) 2237-5929 y 2277-3224, FAX: (506) 2237-5929. Correo electrónico: campus@una.ac.cr Edición digital: www.campus.una.ac.cr

  • Directora: Maribelle Quirós Jara.
    Editor: Víctor J. Barrantes C.
    Periodistas: Víctor J. Barrantes C., Gerardo Zamora Bolaños, Silvia Monturiol Fernández, Johnny Núnez Zúñiga, Laura Ortiz Cubero, Maribelle Quirós Jara,
    Asistente editorial:
    Andrea Hernández Bolaños y Ana Lucía Vargas.
    Diseño de página: José Luis Sánchez Pino josesanchez@engineer.com

  • © Prohibido reproducir, transmitir o distribuir parcial o totalmente los artículos, fotografías, diseño o cualquier otro elemento del contenido que aparece en CAMPUS Digital. Si desea hacerlo enviénos su solicitud a campus@una.cr