Sin Silencios

La Platina y sus demonios

José Carlos Chinchilla Coto

Sin silencios decimos que estamos a punto de presenciar el exorcismo de todos los demonios de la PLATINA.  Más que un puente deshilachado, un icono de la frustración institucional y de la devaluación emocional de cientos de miles de costarricense. Pero también, una mina de oro y una fuente de riqueza medida en millones de dólares de quienes han podido meterle mano a los recursos estatales sin logro de solución de la platina.

Sin silencios pasmamos la creatividad para no resolver lo que aparentemente este gobierno ha resuelto de los dos anteriores  gobiernos liberacionistas de Oscar Arias y Doña Laura. Y por otra parte, admiramos críticamente, la estoica e impertérrita actitud de la ciudadanía del GAM, la cual se ha visto afectada por los demonios que desató la Platina: choques mortales, accidentes costosos, pérdidas de dinero, deterioro de la paz social e interna de las personas y violencia vial y humana, aunado a un incremento de la tensión del vivir en una condición de riesgo y falta de control del tiempo.

La Platina y sus promotores: la clase política ineficiente y aprovechada desataron el caos y la inhóspita vivencia del traslado de personas y bienes en todas las direcciones cardinales. Alajuela, Heredia, San José y hasta el mismo Cartago fueron impactados en una espiral creciente de atrofia vial insospechada. Más del 60% de los habitantes de nuestro país viven en la GAM; y cualquier cierre de vías, como "aleteo de mariposa", se convierte en un viento huracanado en las estrechas y saturadas calles y carreteras.

Sin Silencios, quedó claro la potencialidad de un sistema ferroviario ágil, diversificado y con equipos del siglo XXI, pueda ser una alternativa real en el mejoramiento del sistema de transporte de personas y de bienes; no obstante, lo experimentado en esta situación crítica, desnudó lo precario de los equipos y las vías de tren, así como las dificultades de hacer efectivo un sistema de servicios de autobuses cualitativamente atractivo para dejar los autos personales en las casas.

Aunque en principio debemos de reconocer al gobierno de don Luis Guillermo que se acercó bastante a su promesa de concluir en tiempo la ampliación del puente de la PLATINA: no debemos enorgullecernos de esta pócima, que si bien de alguna manera aliviará sino la fluidez de tránsito vial al menos la del sentimiento del fracaso y frustración que día a día nos ha recordado las presas del hoy denominado, puente Alfredo González Flores. Esperemos que tal nominación no borre de la memoria los fracasos de los gobiernos anteriores porque si un gobierno como este (según dicen sin experiencia) lo está resolviendo; ¿por qué los dos anteriores fracasaron si tenían tanta experiencia y los mejores personas para gobernar?

La lección está cursada, sin silencios debemos entender que esta singular victoria, de encerrar los demonios de la PLATINA en el puente Alfredo González Flores, tan solo es un paso para recuperar la dignidad elemental de una sociedad que tiene que aspirar a que la vida no se viva entre "presas", trenes viejos, buses atrapados, riesgos infinitos en los puentes y las vías públicas en general.

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    Abril 2017 - Año XXVII # 285

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