Diversificación e integración reta a pequeños productores

Integrar distintas actividades productivas dentro de sus fincas, es la principal meta de pequeños productores agropecuarios, que ven en la diversificación la seguridad de sus mercados.

Laura Ortiz C./CAMPUS
lortiz@una.cr

El mejoramiento de las capacidades productivas mediante la asesoría técnica y mayor capacitación para el comercio de productos son los principales retos que buscan superar los productores de fincas integrales a nivel nacional, los datos se desprenden de un taller de intercambio de experiencias realizados los días 9 y 10 de mayo en el Campus Nicoya, como parte del proyecto Fincas integrales de la Región Chorotega, materiales educativos e incidencia política, desarrollado por la Escuela de Ciencias Ambientales de la Universidad Nacional (Edeca-UNA).

De acuerdo con Wilberth Jiménez, coordinador de esta iniciativa, el objetivo de este proyecto fue sistematizar y documentar las experiencias de fincas integrales más significativas en cinco regiones del país, con el fin de recuperar su riqueza tecnológica-productiva, socio-cultural y económica, además de suministrar información calificada para la promoción y apoyo de fincas de pequeños productores agropecuarios.

En la actividad participaron productores de la zonas Pacífico Central y Chorotega, así como funcionarios de instituciones como el Instituto de Desarrollo Rural (Inder), el Programa Integral de Mercadeo Agropecuario del Centro de Abastecimiento y Distribución de Alimentos (Pima), y la Corporación de Fomento Ganadero (Corfoga), el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae).

Experiencias

Las fincas integrales son unidades diversificadas de producción agrícola, pecuaria y forestal, que se caracterizan por la reutilización y reciclaje de desechos de producción, protección del suelo, bajo uso de insumos externos para la producción, cierre de ciclos de energía en la finca e incorporación del mayor número posible de integrantes de la familia durante el proceso.

Leonidas Villalobos tiene una finca en Puntarenas, y su principal actividad productiva es la apicultura. "Tengo 15 colmenas de abejas apis de las cuales se produce un estimado de 450 botellas de miel al año, además, comercializamos productos como miel cremada, crema para el cuerpo y cera de miel". Villalobos también se dedica a la meliponicultura y cuenta con 23 colmenas de abejas nativas que producen nueve botellas de miel al año, las cuales vende a un mejor precio que la miel de apis. Asimismo, hace ocho años decidió instalar una biojardinera para el tratamiento de aguas grises, que después de un proceso de purificación, se utilizan para el riego de cultivos.

Por su parte, Miguel Gutiérrez cuenta con ambientes protegidos y un sistema de riego por goteo en Varillal de Nicoya, con los cuales produce diversas hortalizas tropicalizadas de manera orgánica, además de producir cuajada, huevos de gallinas criollas, pipian y bancos de forrajes con los que alimenta el ganado y los cerdos.

Así como ellos, otros productores se dedican a distintas actividades como la producción y elaboración de derivados de la leche de cabra, productos orgánicos, microbeneficiado de café, producción ganadera sostenible, y turismo rural, entre otros.

José Luis Cortés, de la Asociación Agro Orgánica Guanacaste, comentó que se tiene una gran demanda de productos en la provincia, y que hay mucho potencial para el desarrollo de la agricultura orgánica.

Por su parte, Patricia Viales, representante de Inder, explicó a los productores la forma como funcionan los Consejos Territoriales de Desarrollo Rural en la Región Chorotega y las capacitaciones que brinda esta institución en temas como microproyectos productivos en temas de seguridad alimentaria, crédito rural y capacitación en coordinación interinstitucional.

Viales también expuso el caso de la finca centro de cultura guanacasteca El Guaco, ubicada en Carrillo, un proyecto desarrollado por distintas instituciones que permiten rescatar las tradiciones guanacastecas y que consistirá en un complejo con redondel, coyolera, tortillería, así como con espacio para talleres y otras actividades.

"Las familias de las fincas integrales se caracterizan por tener una gran sensibilidad ambiental, que se refleja en su forma de producción, acompañada constantemente por innovaciones tecnológicas como obras de conservación de suelos, abonos orgánicos, uso de biodigestores y sistemas agroforestales, entre otros", explicó María Avellán Zumbado, académica de la Edeca-UNA.

En esta actividad participaron los productores Marlem Murillo, Finca Altamira; Manuel Gutiérrez, Finca don Manuel; Salvador Montero, Finca Gracias a Dios; Leones Villalobos, Finca Iriria; Carlos Corrales, Finca Los Corrales; Alejandro García, Finca Santa Martha; y Ernesto Briceño de la Finca Vocaré

Por buen camino

Para finalizar el taller, los participantes trabajaron sobre una lista previa de "Lineamientos para el Fomento y la Producción de Fincas Integrales en Costa Rica", construida a partir de los resultados obtenidos en talleres previos.

De esta discusión se generó un documento que busca contribuir con el fortalecimiento de la pequeña producción agropecuaria, orientada hacia la producción diversificada e integrada, amigable con el ambiente .

Dentro de los objetivos de esta propuesta, destacan el fortalecimiento de las capacidades productivas y empresariales de los pequeños agricultores, la promoción de la producción integral, la innovación tecnológica amigable con el ambiente y establecimiento de mecanismos de comercialización de la producción del pequeño productor de fincas diversificadas e integrales, hacia mercados diferenciados.