Presión estudiantil acabó con horas colaboración

Víctor J. Barrantes C. / CAMPUS
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Asís Zúñiga, coordinador de finanzas y Andre Hansen, actual coordinador general del Caeuna, fueron participes directos en la campañ para eliminar las horas colaboración.

El 26 de junio la Rectoría de la Universidad Nacional (UNA) comunicó oficialmente la derogación del requisito que obligaba a los estudiantes becados a cumplir con horas colaboración en diferentes instancias de la universidad. El acuerdo puso término a una práctica que se daba en la UNA casi desde sus inicios.

La noticia, esperada por un sector estudiantil que había atendido el llamado que hiciera, desde principios del año, el Consejo de Asociaciones de Estudiantes (Caeuna) de no cumplir más con dicho requisito o cumplirlas con esta organización, marcó el fin de una lucha que ya se había dado con éxito para los estudiantes en otras universidades estatales.

La Rectoría tomó el acuerdo amparada en una serie de consideraciones, y en atención a una demanda que empezó a plantear el movimiento estudiantil desde hace dos años. La decisión, comunicada oficialmente el 27 de junio, pondera dos hechos que el movimiento estudiantil ha denunciado: que las horas colaboración las hacían exclusivamente estudiantes a quienes la institución les otorgó una beca, y debían realizarlas como una obligación por habérseles otorgado dicho beneficio, mientras que el estudiantado que no se hizo acreedor a una beca quedaban exentos de cumplir con este requisito. Además, el movimiento estudiantil ha argumentado que el programa "fue perdiendo su sentido inicial, de prestación de un servicio solidario a la sociedad o a la propia universidad, que les resultara edificante, para convertirse en un trabajo carente de interés para una parte del estudiantado, encaminado a cumplir tareas de escaso valor académico", según establece el acuerdo oficial.

Daniela Alpízar, presidenta de la Federación de Estudiantes (Feuna) y estudiante de la carrera de Planificación Económica y Promoción Social, enfatizó que no se debe perder de vista que la beca es un derecho pleno que tienen las personas que cumplen con el perfil socioeconómico, y se concibe como un componente necesario para que la persona pueda estudiar y acceder a su derecho fundamental a la educación. Además, hizo ver que todas las personas estudiantes en el sistema de educación superior pública son becadas en tanto reciben exoneraciones y subvenciones en el pagos de los servicios que reciben y que (mantener el requisito de horas colaboración) constituía una discriminación a una parte de la población que no puede pagar lo mínimo para ingresar al sistema.

Este año 7489 estudiantes de los diferentes programas de becas de la UNA realizaban horas colaboración. Cada quien cumplía con tres horas semanales, según informó Ana Lucía Bolaños, coordinadora del Programa Adjudicación de Becas, Apoyo Socioeconómico y Seguimiento (Pasos), de la Vicerrectoría de Vida Estudiantil.

Bolaños destacó que algunos de los programas e instancias que se verán mas impactados, dada la cantidad de estudiantes que colaboraban en sus funciones, son la División de Educación Rural (196 estudiantes), el Departamento de Bienestar Estudiantil (184), el Instituto de Estudios Sociales en Población (175), el Departamento de Promoción Estudiantil (156), la Escuela de Ciencias Ambientales (149), así como las asociaciones estudiantiles (1546), la Feuna (255), y las sedes regionales (779 en Pérez Zeledón, 625 en Liberia, 519 en Coto, 496 en Nicoya y 288 en Sarapiquí).

Hacia un nuevo programa

Según el comunicado oficial (CIRCULARUNA-R-CIRC-42-2017), en vez de las horas colaboración se impulsaría una iniciativa como un "nuevo programa de solidaridad, cooperación y participación, bajo el principio de voluntariedad, que involucre a toda la población estudiantil", propuesta con la que los estudiantes que participaron en la Asamblea del 14 de marzo mostraron su acuerdo.

Mientras tanto, la Rectoría, con la asesoría del Área de Planificación, la Asesoría Jurídica y la Feuna, presentó las modificaciones al Manual de Organización y Funciones de la Vicerrectoría de Vida Estudiantil, en donde se contempla la eliminación de las horas colaboración. Los cambios se publicaron en el Alcance N· 4 de UNA GACETA 7-2017, el 30 de junio de 2017 y entraron en vigencia desde entonces.

El rostro detrás de una lucha

¿Cuándo, cómo y quién impulsó esta reforma? La lucha se remonta al 2015, cuando se empezó a generar conciencia sobre este tema, recuerda Andre Hansen, actual coordinador general del Caeuna. A principios de este año se inició una campaña agresiva de comunicación tanto en redes sociales como en las pizarras de las diferentes escuelas, con la que se cuestionaba el porqué la UNA aún mantenía las horas colaboración. La discusión se reforzó con sesiones en diferentes asociaciones estudiantiles y en una asamblea abierta (14 de marzo), en la que se abordó el tema, tanto con la Rectoría como con el Departamento de Bienestar Estudiantil.

La campaña de concientización puso énfasis en cuatro aspectos. Tanto Hansen como Asís Zúñiga, coordinador de finanzas del Caeuna, enumeran los cuatro principales:

1.La discriminación por condición socioeconómica: solo los becados Luis Felipe Gonzáles y Omar Dengo debían cumplir con este requisito, mientras que otros estudiantes beneficiados con algún tipo de exoneración y el resto de la población estudiantil no.

2.No hay aprendizaje. En buena parte de los casos, los estudiantes manifestaron no estar satisfechos con el tipo de labor que debían realizar en las instancias universitarias, pues sentían que no tenía relación con su área de formación, que el espacio en las oficinas más "atractivas" era limitado y que no había aprendizaje (reconocen, si embargo, que muchos estudiantes sí encontraban beneficios en esta práctica y no estaban de acuerdo con la lucha).

3.Principio constitucional. La educación es un derecho garantizado por el Estado; aplicar un requisito adicional a una persona que ya había cumplido con el proceso de ingreso a la educación superior era un condicionante a ese derecho.

4.Otras universidades estatales ya había eliminado el requisito (UTN en 2014, UCR en 2015, TEC en 2017).

Ni Hansen, ni Zúñiga ni los otros integrantes del Caeuna (Omar Ureña y Gloria Alfaro) desean llevarse los créditos de este logro, pues reconocen que en todo el proceso fue clave la participación de muchas asociaciones estudiantiles, dentro de las cuales mencionan Filosofía, Ciencias Ambientales, Historia y Pérez Zeledón.

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    Agosto 2017 - Año XXVII # 289

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