Entre hilos y nudos

Fibras y pigmentos son la materia prima del artista Herberth Bolaños para crear Mensaje del pasado, una exposición sobre el quipu de Talamanca, elemento poco conocido de la cultura indígena costarricense.

Laura Ortiz C./CAMPUS
lortiz@una.cr

“Creamos el arte, ahora o siempre, antes de la escritura, como si supiéramos que esta aparecería; para comunicarnos creamos el arte, y con él sustituimos la escritura, la reemplazamos como los quechuas, atando y desatando nudos, quipus, para contar, para amarrar, para conjurar historias, memorias o recuerdos, y así desatamos las ataduras atávicas y renacemos”.

Con este texto de Alberto Salom, rector de la Universidad Nacional (UNA), se inauguró la exposición Mensaje del pasado, del artista Herberth Bolaños, académico de la Escuela de Arte y Comunicación Visual de la UNA.

“Desde el 2015 he venido explorando el aporte que los quipus tuvieron en la evolución de varios pueblos indígenas de Latinoamérica. En esta indagación, encontré un elemento fundamental, pero desconocido de la historia de la población indígena costarricense. Me refiero al quipu de Talamanca, el libro indígena costarricense elaborado con base a cuerdas y nudos, que hace referencia a un censo de los indígenas de Talamanca realizado en el año 1873 y que actualmente está en el Museo de Historia Natural del Instituto Smithsoniano, en Washington, Estados Unidos”, explicó Bolaños.

Tradicionalmente, los quipus o nudos del diablo como los llamaban los españoles, han sido vinculados con los pueblos indígenas suramericanos, por eso el artista decidió presentar a la sociedad costarricense el quipu de Talamanca, por medio de una serie de obras plásticas, donde la cuerda y el nudo hacen referencia al antiguo sistema indígena utilizado para llevar el registro y la contabilidad de sus actividades cotidianas.

“Por medio de la textura y la sobriedad del color propio de un quipu, sitúo al espectador ante el quipu “Censo de los Indígenas de Talamanca” reinterpretado artísticamente por medio de un grupo de 29 propuestas visuales, expuestas conjuntamente en una instalación llena de expresiones significativas de la profunda y variada riqueza de la cultura del pueblo indígena de Talamanca”, describió el artista.

Rescate cultural

Para la curadora de la obra, Ileana Alvarado, la investigación formal y cromática de Bolaños desde hace mas de una década, lo ha llevado a crear una obra No Figurativa donde se valoran el diseño y la composición y además se extrae el máximo provecho de la materia, en su forma y textura. “En esta oportunidad presenta una propuesta que parte del diseño abstracto de los quipus para llegar a conformar espacios no figurativos, donde la relación entre la línea y el punto genera ritmos visuales, que guardan en su esencia una vinculación con el objeto de estudio. Lo que en el quipu real es un nudo y como elemento formal un punto, Bolaños lo representa también con cuadritos de papel, tela o lámina de oro, así como también con cubitos elaborados con tela de algodón estampado”.

Alvarado también hace referencia al quipu como un objeto de estudio constante. “Poco se sabe aún si fue también un sistema de representación lingüística, como piensan algunos estudiosos, cuya meta es encontrar algo similar a la ‘piedra Roseta’. Lo que si se puede decir es que la sola presencia de quipus complejos (hasta 300 cuerdas), ricos cromáticamente y variados en el tipo y número de nudos, ha hecho que sean objetos muy apreciados por la información que contenían y motivo de estudio para artistas contemporáneos que valoran sus formas, colores y texturas y se interesan por el misterio que aún los rodea. Herberth Bolaños es uno de ellos”.

Con su obra, Bolaños nos sumerge en ese mundo mágico de los quechuas, y nos pone a hablar en quechua, en castellano antiguo o actual, nos conecta con un mundo que acaso ya no existe (¿no existe?); nuestro artista lo trae al presente, nos hace retroceder en la historia de una manera real o ficticia a veces, no importa, nos hace retroceder y de nuevo nos retrotrae al presente, desde donde parece que hablamos con los quechuas, nos entrelazamos con ellos, como los quipus, y luego volvemos de nuevo a sus tierras, quinientos o seiscientos años atrás. El quipu, representado por cada ramal de cuerda anudado, con nudos de tonos polícromos, rojo de guerreros y soldados, negro del tiempo, amarillo y blanco del oro y la plata, verde para evocar la conquista” dijo Salom.

Por medio de textura y color propio de un quipu, Bolaños sitúa al espectador ante el quipu “Censo de los indígenas de Talamanca”, reinterpretado artísticamente por un conjunto de propuestas visuales expuestas en una instalación que muestran la riqueza cultural del pueblo indígena de Talamanca.

Como es característico en su obra, sus trabajos son, en su mayoría, en técnicas y materiales japoneses como: Kin itome, Kin paku y fubuki. La exposición estará abierta hasta el 15 de enero del año próximo en las instalaciones del Museo del jade y de la cultura precolombina”, del Instituto Nacional de Seguros.

Pie de foto: Anudando recuerdos. Hilo de papel algodón teñido con pigmentos naturales, sobre madera. Foto: Rodrigo Rubi.

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    Diciembre 2017 - Año XXVII # 293

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