Relaciones de poder bajo la lupa
Gerardo Zamora Bolaños / CAMPUS
gzamorab@una.cr
Es el trampolín para alcanzar metas personales, pero al mismo tiempo es un escenario en el que las relaciones de poder no dan tregua: el trabajo. En él pusieron sus ojos académicos e investigadores costarricenses y extranjeros. Lo hicieron en el marco del simposio Trabajo digno: disertaciones acerca de la comunidad y las relaciones de poder, realizado del 13 al 17 de noviembre anterior, en el auditorio del Instituto de Estudios del Trabajo (Iestra) de la Universidad Nacional (UNA).
“El basamento que define las relaciones laborales es la justicia social, de allí parte el acervo constitutivo sociopolítico, económico y jurídico de las primeras consideraciones regulatorias de la dimensión del mundo del trabajo, cuyas extensiones están formadas por las personas trabajadoras, las familias y comunidades que dependen del ingreso salarial, el Estado a través de su institucionalidad, y los mercados como asidero donde se concretan los vínculos laborales, en condiciones que son producto de las relaciones de poder permitidas por las normas regulatorias que incentivan el trabajo”, explicó Ronald Rivera, académico del Iestra.
Como parte de su argumentación, Rivera propone “la búsqueda de algunas pistas para redimensionar el espacio público como un espacio comunitario organizado y legalizado de manera diferenciada, donde las posibilidades de crear segmentos asociativos -productivos, educativos, artísticos- no tengan que recurrir, exclusivamente, a la lógica esquizofrénica del mercado. En este sentido, la justicia social debe ser comprendida dentro de un marco político concreto que reconozca y afiance las garantías sociales, lo cual, tangencialmente, incide en la calidad de vida de la población económicamente activa y en su entorno familiar y comunitario”.
El Iestra fue creado como ente adscrito a la UNA en 1973, con el objetivo de “capacitar y formar a los dirigentes de los sectores laborales del país, eliminando para ello las trabas formales que tradicionalmente las universidades habían puesto para la incorporación de los trabajadores como estudiantes regulares”, según reza en su sitio web.
En marzo de 1974 abrió sus puertas a trabajadores provenientes del sector sindical, cooperativista y público, con cuatro carreras técnicas: técnico en administración sindical, administración cooperativa, administración de personal y administración pública del trabajo. Hoy su oferta académica va desde el área de Recursos Humanos y Finanzas, hasta la Gestión Social del Trabajo.