La verdad del agua en Costa Rica

UNA innovadora metodología revela calidad y cantidad de agua.

Datos claves para planificar crecimiento urbano y protección ambiental.

Gerardo Zamora Bolaños / CAMPUS
gzamorab@una.cr

Ni los torrenciales aguaceros, ni las serpientes, ni las largas caminatas doblegan el corazón de un joven científico, Ricardo Sánchez, hidrólogo de la Universidad Nacional (UNA). Él lidera un proyecto, del cual podría depender el agua de nuestros hijos y nietos.

A cuenta gotas

La "radiografía" con la que cuenta el país en materia de aguas superficiales y subterráneas no es la idónea, así lo sostiene el científico. Es allí donde germina su ambicioso proyecto: "no tenemos un único mapa de todo el país que nos permita conocer nuestros sistemas subterráneos, no tenemos una clara identificación de las zonas críticas de recarga acuífera, Costa Rica no cuenta con balances hídricos de alta resolución en el tiempo y en el espacio; es decir, no sabemos mes a mes cómo se maneja nuestra cuenta hídrica, cuánta agua entra y sale, y cuánta nos queda", afirma Sánchez.

Según estimaciones del mismo hidrólogo, el territorio nacional dispone de 14 cuencas debidamente instrumentadas, pero 20 están aún sin el respectivo monitoreo hidroclimático: "en este escenario no tenemos los datos suficientes para determinar la demanda y oferta por el recurso hídrico. No es casualidad la aparición de conflictos por el agua: 719 entre el año 2005 y 2015, en promedio una disputa cada 5 días, poco más de la mitad de ellas tiene como protagonistas a la sociedad civil y el gobierno".

Es a partir de esta coyuntura, que nace el proyecto Sostenibilidad y Seguridad hídrica para el Valle Central de Costa Rica, cuyas implicaciones, por ahora, son para casi un tercio de la población.

Una gota de 100 años

¿Me cree si le digo que el agua que usted bebe podría tener 100 años de edad? ¿Tiene una gota "memoria química"? ¿Pueden estos hallazgos resguardar el agua del futuro? Ricardo Sánchez, químico de la UNA, está seguro de eso: "el agua tiene memoria química, algo así como un chip, en sus moléculas está su historia, de tal manera que cualquier cambio en el clima y en el ciclo hidrológico va a quedar grabado en esa memoria; la metodología que estamos implementando nos permite explorar esa señal química y entender con precisión cómo se comporta el agua superficial y subterránea, de donde viene, su edad, y otras características claves para saber cómo protegerla".

Una red de monitoreo hidroclimático instalada en puntos estratégicos del territorio nacional, complementa este minucioso trabajo, cuyos resultados ya están disponibles. Son casi 4 años de intensas jornadas de campo y análisis de laboratorio. Estos hallazgos serán fundamentales "en la planificación científica del crecimiento territorial y las actividades económicas, así como la misma protección del recurso hídrico", agregó Sánchez.

Orden en casa

Los nuevos datos, derivados de la singular metodología, podrían convertirse en insumo decisivo para definir política pública, así lo cree Ricardo Sánchez, hidrólogo de la UNA y quien encabeza las investigaciones: "es necesario recalcar que un cambio de paradigma en la gestión integral del recurso hídrico es imperativo, para que la información científica pueda ser utilizada como hoja de ruta en la planificación hídrica. Debemos entender, por ejemplo, que las cuencas superficiales y subterráneas, en la gran mayoría de casos, no concuerdan con los límites político-administrativos de los cantones, por lo tanto su atención debe ser una tarea multi-municipal; vea el caso de los acuíferos Colima y Barba, que abastecen de agua a gran parte del Valle Central. Ambos atraviesan los cantones de Belén, Heredia centro, San Rafael, San Isidro, Santa Bárbara, Alajuela, Moravia y Vásquez de Coronado. Todas esas municipalidades deberían trabajar en conjunto, pues comparten un mismo recurso hídrico", agregó Sánchez.

Ya algunos entes rectores en materia de agua están tomando muy en cuenta las palabras de Sánchez. Es el caso de la Empresa de Servicios Públicos de Heredia (ESPH), aliado clave en el proyecto desarrollado por la UNA: "la ESPH está invirtiendo cada vez más en investigación para fortalecer el servicio a los heredianos. Este es un proyecto de mucha importancia para nosotros, porque nos permite saber con rigurosidad científica qué zonas tenemos que proteger, y cuáles pueden ser aprovechadas sosteniblemente, por ejemplo con la perforación y respectiva construcción de pozos", concluyó Franz Ulloa, asesor de Recurso Hídrico de la ESPH.

El proyecto Sostenibilidad y Seguridad hídrica para el Valle Central de Costa Rica, es impulsado por el Grupo de Investigación en Isótopos Estables de la Escuela de Química, así como por la Vicerrectoría de Investigación de la UNA, en colaboración con la ESPH, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), y la Fundación para el Desarrollo de la Cordillera Volcánica Central (Fundecor).

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    Julio 2017 - Año XXVII # 288

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