¿Nos llega tarde la prohibición del bromacil?

El decreto gubernamental de prohibir el bromacil se recibe con beneplácito, pero se debe tener conciencia del daño que este herbicida a ocasionado en aguas de consumo humano.

Fernando Ramírez Muñoz para CAMPUS
fernando.ramirez.munoz@una.cr

Muchas de las prohibiciones de sustancias plaguicidas se han basado en su alta toxicidad aguda para el ser humano y en otras características que aumentan esa peligrosidad en el tiempo y en el espacio, como persistencia en el medio y capacidad de desplazarse a grandes distancias. Si bien el herbicida bromacil posee una toxicidad aguda relativamente baja, su comportamiento en el suelo lo convierten en una molécula con un alto potencial de lixiviación, entendida como la capacidad de infiltrarse hacia capas más profundas.

Esto ha provocado que contamine las aguas subterráneas que sirven de fuente de agua potable para pobladores rurales. Desde el año 2000, el Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas (Iret-UNA) ha encontrado niveles de bromacil en aguas de escorrentía de zonas productoras de piña, que superan muchas normas de calidad de aguas superficiales.

A pesar de que en Costa Rica el bromacil está registrado para su uso en piña y cítricos, se utiliza exclusivamente en el cultivo de piña, para controlar cualquier vegetación presente tanto dentro del cultivo como en caminos, bordes, cercas y taludes de canales. Costa Rica inició las importaciones y uso de bromacil en el año 1986 con 2.203 kilogramos de ingrediente activo (i.a.). La expansión piñera desde el sur (Buenos Aires) hacia el Caribe y zona norte dio inicio en 1990, año en el cual las importaciones subieron al doble (> 5.000 Kg i.a.). Para el año 2000 llegaron a superar los 23.000 Kg i.a., diez años más tarde se volvieron a duplicar y en el 2014 se dio la importación histórica del herbicida, con 83.122 Kg i.a., cantidad suficiente para formular 104 toneladas del producto que se aplica al cultivo.

La dosis recomendada oscila entre 2 a 6 Kg/ha, dependiendo del tipo de suelo, y la aplicación se puede repetir durante el ciclo de cultivo. Un suelo pedregoso y con bajo porcentaje de materia orgánica, común en zonas piñeras, y las altas dosis aplicadas en suelos arcillosos, sinergian la capacidad de permear que posee el herbicida. Si se toma en cuenta que es una molécula que posee una alta solubilidad, movilidad, persistencia en el suelo y en aguas y sedimentos, y además es poco absorbible en las arcillas y coloides orgánicos del suelo, fácilmente se puede predecir que tiene una alta capacidad de infiltrarse en el suelo y, ayudado por su alta vida media, llegar a contaminar aguas subterráneas.

Los primeros reportes de contaminación de aguas por bromacil se dieron en aguas superficiales cercanas al río Volcán en Buenos Aires de Puntarenas, en el año 2000. Todavía en el 2013 se detectaron en un pozo del poblado El Peje, zona sur niveles de 3,2 y 2,7 ug/l de bromacil y en la quebrada Peje de 5,3 y 6,7. En la zona del Caribe, fue detectado a inicios del 2003 en nacientes y tanques de captación del acueducto de Milano en Siquirres, a niveles de entre 2,5 a 4 ug/L (el límite de residuos de bromacil en aguas de consumo humano para la Unión Europea es de 0,1 ug/L). Entre los años 2005 y 2006, el Laboratorio Nacional de Aguas identifica nuevamente de forma persistente bromacil y otros plaguicidas en el agua de consumo humano; en el 2007 se inicia con el suministro de agua potable en camiones cisternas a los pobladores de las zonas afectadas. En los años siguientes se siguieron encontrando niveles de bromacil muy altos en diferentes zonas del Caribe: 2012 Río Esperanza en Pococí (3,5 ug/L); tanque para agua de Milano, Siquirres 2013 (3,7 ug/L), 2014 (2,1 ug/L), 2015 (2,3 ug/L); acueducto de El Cairo y La Francia de Siquirres 2014 (0,2 ug/L), 2015 (1,9 ug/L). También se ha detectado en muestras de agua luego de eventos de mortalidad de fauna acuática en la región Caribe del país.

Salud en peligro

Recientemente, en el año 2016, se reportaron 6 de las 7 fuentes de agua que abastecen el Acueducto de Veracruz, Pital de San Carlos, contaminadas con el herbicida, además de las quebradas Pital y San Pedro. Si bien estos niveles son relativamente bajos, se ha visto que las sustancias que comportan como disruptores endocrinos, pueden actuar a niveles sumamente bajos, lo que pone en peligro la salud futura de los habitantes.

Todos estos hechos causan un serio deterioro ambiental que provocan daños en la estabilidad social de las comunidades y atentan contra el derecho fundamental al agua limpia, a la biodiversidad y a la salud. Por estas razones es que el uso de este herbicida se ha retirado en Europa y prohibido desde hace muchos años en países como Alemania, Suecia, Eslovenia y Belice. En Costa Rica su prohibición fue recomendada hace varios años por la Secretaría de Gestión para el Manejo de Sustancias Químicas, pero no fue respaldada por todos los ministerios involucrados. Esto hubiera evitado la contaminación de mantos acuíferos que sirven de fuente de agua potable de comunidades del norte del país y hubiera disminuido la contaminación en otras zonas.

La prohibición del bromacil, así como de otros plaguicidas altamente peligrosos, es una necesidad para un país como Costa Rica, referente mundial en la conservación ambiental. A poco días de haberse publicado el decreto que prohíbe el uso del bromacil en el país, los usuarios y comerciantes de este herbicida cuentan con seis meses para eliminar su uso, importación y registro.

(*) Investigador Iret-UNA

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    Julio 2017 - Año XXVII # 288

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