De flor en flor

Costa Rica debe generar acciones para proteger a las abejas nativas, pero el primer paso lo puede dar usted desde su casa: siembre flores.

Laura Ortiz/ CAMPUS
lortiz@una.cr

Se estima que cerca del 70% de los alimentos que consume el ser humano es producto de la polinización de las abejas, pero factores como el desarrollo urbano, cambio climático y contaminación podrían afectar la supervivencia de estos insectos, y por ende la de la especie humana.

Del 29 al 31 de marzo se realizó el "Taller para la elaboración de estrategia nacional para la conservación de las abejas nativas", organizado por el Centro de Investigaciones Apícolas de la Universidad Nacional (Cinat-UNA) y la Fundación Prozoológicos (Fundazoo), cuyo objetivo fue discutir, a través de la construcción del conocimiento, los principales problemas para la conservación de las poblaciones de abejas nativas de Costa Rica, y así establecer objetivos y acciones para el mantenimiento de la especie.

"Las abejas se enfrentan a la pérdida de su hábitat por el descontrolado desarrollo urbano y la expansión agrícola de monocultivos, viven la amenaza del cambio climático y están expuestas a plaguicidas de alta toxicidad", explicó Eduardo Herrera, del Programa Integrado de Meliponicultura del Cinat-UNA.

Una de las primeras acciones, de acuerdo con Herrera, fue el de crear una comisión para tratar la temática de los agroquímicos, donde se identifiquen líneas de trabajo para minimizar el impacto en las poblaciones de abejas.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), un plaguicida es altamente peligroso si su toxicidad es alta entre abejas, y por ende recomienda su progresiva eliminación.

La exposición de las abejas a plaguicidas produce efectos negativos a nivel individual y de sus colonias, afectándolas en sus procesos antes de que puedan completar muchos vuelos de recolección y polinización. De acuerdo con Fernando Ramírez, investigador del Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas (Iret-UNA) existen insecticidas con neonicotinoides que aunque no están restringidos en ninguna parte del mundo, si están bajo la mira. "Este tipo de insecticida causa desorientación en las abejas, las cuales luego de salir a recolectar no pueden regresar a sus nidos y mueren; sin embargo, aún no existe una base legal para prohibirlos. En Europa están la mira, en Estados Unidos no tanto, y eso nos dificulta asumir una posición más rígida para Costa Rica".

Todos podemos ayudar

De acuerdo con Herrera, además de las acciones que se deben de tomar a nivel país, existe otra que está al alcance de cada ciudadano y que podría ser fundamental para la conservación de las abejas.

"A veces tenemos soluciones muy complejas, pero en este caso tenemos una muy simple: sembremos flores, no importa el tipo, simplemente llenemos nuestros patios y calles de plantas y árboles con flor, esto representa un gran beneficio para las abejas", explicó el investigador.

Para Fabián Pacheco, del Instituto Nacional de Aprendizaje, otra de las ideas que hay que desarrollar es la de la agricultura orgánica. "Con la agricultura orgánica tenemos un aliado para la conservación de las abejas, como país debemos poner alto a la expansión de monocultivos, principalmente en Guanacaste, donde se otorgan permisos sin tomar en cuenta a los apicultores de la zona".

Leonidas Villalobos es un apicultor, quien ve con agrado este tipo de encuentros. "Nosotros venimos desde lejos para participar en estas iniciativas porque creemos que así se construye el país, poniendo energía en las soluciones".

"Para la elaboración de esta estrategia hemos usado una metodología participativa, donde no hay nada escrito en piedra, podemos revisar los resultados y seguir trabajando por alcanzar nuestros objetivos", dijo Yolanda Matamoros, directora de Fundazoo.

De acuerdo con Ingrid Aguilar, coordinadora del Programa Integrado de Meliponicultura del Cinat-UNA, los resultados de este taller serán socializados como ponencia en el X Congreso Mesoamericano de Abejas Nativas a realizarse del 20 al 24 de noviembre en Guatemala.

Los más de 30 asistentes a este taller, realizado en las instalaciones del Cinat-UNA y el Centro de Conservación en Santa Ana, también tuvieron la oportunidad de ampliar sus conocimientos en temas como: importancia ecológica de las abejas, desaparición de las abejas y estado de las abejas nativas sin aguijón, retos y oportunidades de la meliponicultura y otros.