Una obra llamada Deseo

Víctor J. Barrantes C. / CAMPUS
vbarrant@una.cr

El interés de una profesora de música pensionada por compartir su pasión y el entusiasmo de un musicólogo unieron a Ana Isabel Vargas y a Luis Fernando Murillo con el propósito de rescatar la obra Wish, una mazurca del maestro costarricense José Joaquín Vargas Calvo, escrita en 1899.

A principio de 2017, Ana Isabel, nieta de Vargas Calvo, encontró en la colección del maestro que ella cuida con sumo cuidado, esta obra cuya partitura solo se había escrito para piano, pero nunca para ser interpretada por una banda, como originalmente se concibió. Ahora la obra pronto estará disponible y se espera que pueda ser interpretada por algunas bandas del país.

"Conservo los originales de la música de mi abuelo y buscando un día una fotografía encontré esta obra e inmediatamente me llamó la atención; me puse a analizarla y vi que era una obra escrita para banda. Entonces pensé que la música debe escucharse, no es para guardarla en una gaveta, así que inmediatamente busqué a mi amigo Luis Fernando Murillo para que me la copiara y así poderla llevar a distintos directores de banda, de manera que puedan tocarla y darla a conocer al público costarricense", comentó Vargas.

Originalmente, relata la profesora, la obra tenía el nombre de Souvenir, pero al escucharla se dio cuenta que era una mazurca que ya conocía, y que había sido interpretada para piano solo y para piano a cuatro manos, bajo el nombre Wish. "Es una obra muy linda, muy melodiosa, muy dulce; a la vez, es alegre e inmediatamente quise que el público costarricense la pudiera disfrutar".

La tecnología como aliada

Valiéndose de Finale, un software especializado que emula el sonido de instrumentos que ni siquiera se habían utilizado en el país, cuando la obra fue escrita, el musicólogo Luis Fernando Murillo, logró integrar, durante un mes de trabajo, los casi 40 instrumentos que incluye la partitura original.

"La tecnología aplicada a la música tiene muchas ventajas. Con este software específico uno puede escribir la música y tener la oportunidad de escucharla antes de que sea montada (...) Una de las ventajas es que se puede hacer partituras para cualquier instrumento y tener la oportunidad escucharla antes", explica Murillo y agrega que si bien este software emula instrumentos con muy alta calidad sin llegar a sustituir alinstrumento original, sí le dan a uno una gran idea de cómo va a sonar el final el producto.

Tras el montaje vino la emoción, pues se trataba de una obra que escuchaba un costarricense, por primera vez, al menos en este formato. "Fue una gran alegría de escuchar por primera vez una obra orquestada por el maestro Vargas y decir que casi soy el primero en escucharla, gracias a esa tecnología".

Explicó que la obra tiene una introducción, tres partes con un Da capo en la primera y la segunda parte y con una instrumentación muy propia de la época, de principio del siglo XX; con una instrumentación al estilo de los Estados Unidos y el estilo tradicional de la mazurca muy claramente definido, como es típico de esa forma musical. " Bellísima obra", reafirma.

Ahora el propósito de Ana Isabel Vargas y Luis Fernando Murillo es que la obra Wish de José Joaquín Vargas Calvo, también compositor de A la bandera de Costa Rica o Saludo a la bandera, sea conocida e interpretada por diferentes bandas y así cumplir con el gran anhelo del maestro, de difundir la música por todo el país.

La huella del maestro

Vargas Calvo, fue un reconocido músico costarricense que tuvo una amplia formación musical en Bélgicay en el Conservatorio de Nueva York. Estudió piano y órgano, aunque su pasión fue la pedagogía musical. De hecho, contribuyó con este propósito en el Colegio de Señoritas y la Escuela Normal. Suya fue la idea de que los maestros de primaria también impartieran la materia de música.

Hacia 1894 participó, junto con Pilar Jiménez, Alejandro Monestel, Jesús Núñez y José Barrenechea y desde la Escuela Santa Cecilia, en la formación de muchos maestros de música del país. También fue inspector general de música de 1907 a 1927 y creó los primeros programas de música oficial para las escuelas primarias del país(1925). En 1951 el entonces presidente de la República, Otilio Ulate, promovió que el Liceo Nuevo, ubicado en San Pedro, llevara el nombre Liceo José Joaquín Vargas Calvo.