A desenterrar, a desenterrar

Hace un siglo

Isabel Ducca D.

El 27 de enero de 1917 se perpetró el golpe de Estado contra la administración de Alfredo González F. Le hemos dedicado más de una columna y, a riesgo de cansar, seguiremos con el tema porque es una coyuntura histórica de la cual se pueden extraer profundas enseñanzas acerca de cuándo o cómo es que el capital nacional y extranjero permite sostener un régimen democrático y cuándo no.

Recatamos hoy la crónica realizada por La Información acerca del golpe. Resalta dos aspectos fundamentales:

El deterioro de la imagen del presidente González Flores pues en Las últimas elecciones había cometido los más grandes atropellos con el preconcebido fin de obtener el Gobierno una mayoría. Por supuesto, como era y es costumbre de la prensa comercial oculta la realidad de que esos "atropellos" eran norma de cada proceso electoral. Según ese editorial, había violado la libertad de prensa y las libertades individuales. Además, su asesor extranjero había atropellado a los costarricenses y el presidente había impuesto al país su reelección. Estos pecados políticos eran inadmisibles en la "democrática Costa Rica". Evidentemente, el periódico que será quemado en 1919 afirma haber realizado un recuento de antecedentes　sin pasión alguna y procurando ser　 lo más fieles a la verdad de los hechos.　Destaca la alegría general y advierte que　siempre es conveniente en estos momentos históricos tener presente la forma en que las masas manifiestan su simpatía o antipatía, en este caso, como antes lo dijimos, casi la población íntegra de esta ciudad, estuvo de acuerdo con el movimiento iniciado.

El otro tema se refiere al ánimo de esas masas ya que En el centro de la ciudad, en todas las esquinas, en los barrios más alejados, en todas partes, se notaba una alegría, un entusiasmo que nadie trataba de disimular; la caída del señor González Flores fue recibida con vítores y aplausos y cualquiera que sea la situación que ahora venga, debemos constar eso como un hecho verdadero, del cual pudieron darse cuenta quienes en las primeras horas del día de ayer se preocuparon de observar las manifestaciones de la opinión.

¿Cómo puede explicarse que el pueblo, compuesto en su mayoría por sectores explotados y empobrecidos, saliera a las calles festejar su propio daño? Tal y como se ha señalado, la legislación propuesta por Gonzáles Flores se fundaba en una lucha contra el capital para favorecer a esos grupos tan vulnerables.

Uno de los factores principales fue la campaña que la prensa montó durante los años 1915 y 1916 para moldear la opinión pública. Se articuló una sistemática batalla con el objetivo de desprestigiarlo y atacarlo.

Cuando la prensa comercial informa, siempre desinforma, como lo veremos más adelante.