Pinceladas de la realidad nacional
Desempleo: un problema estructural en Costa Rica
Roxana Morales Ramos
Según datos de la Encuesta Continua de Empleo, realizada por el INEC, el desempleo afecta actualmente a 193 mil personas (8,5% de la fuerza de trabajo). Es importante mencionar que las mujeres, los jóvenes y las personas que viven en la zona rural y en las regiones periféricas, son quienes más problemas tienen para encontrar trabajo.
Principales características de la población desempleada:
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¤ El 47,7% son mujeres y el resto hombres.
¤ El 40,3% son jóvenes.
¤ El 67% no han terminado la secundaria e incluso, un 33% solo tiene estudios de primaria completa o menos.
¤ Un 18,4% posee estudios universitarios.
¤ De las personas desempleadas con estudios universitarios, 22.260 son mujeres y 19.582 hombres. Además, el 46,8% tiene especialidad en Ciencias Sociales, comercio y derecho, el 11,2% en medicina y el 8,8% en servicios.
¤ El 70,8% vive en la zona urbana y el resto en la rural.
¤ El 51% busca trabajo en el sector servicios (enseñanza, call center, etc.) y el 20% en actividades del sector comercio (venta de ropa, abarrotes, etc.)
¤ El 54,2% reside en la Región Central.
¤ La Región Pacífico Central es la que presenta la mayor tasa de desempleo (15,5%). Entre las mujeres es del 20,4% y entre los hombres del 12,6%. En últimos tres años se ha duplicado. Además, en esta región, entre los jóvenes el desempleo llega casi al 40%.
Aunque los datos anteriores corresponden al segundo trimestre de 2017, estos son muy simulares a los que se han presentado en trimestres previos, por lo que se podría decir que los mismos reflejan situaciones y/o problemas estructurales en el mercado laboral.
Entre los problemas estructurales más importantes están: a) el des-alineamiento entre la oferta y la demanda laboral, b) el desenganche entre el crecimiento económico y el crecimiento del empleo, como consecuencia, entre otras razones, del cambio en la estructura productiva del país, y del mayor dinamismo en actividades intensivas en capital y no en mano de obra; c) la concentración de la producción y las oportunidades laborales en pocas zonas y regiones y d) los avances tecnológicos que vienen desplazando a la mano de obra.
En resumen, ante el panorama anterior, es muy difícil que el país, sin reformas profundas en la economía y en el sistema educativo, logre bajar los niveles de desempleo existentes, de manera significativa y sostenida. Para lograrlo se requiere de esfuerzos importantes, tanto a nivel de políticas públicas como por parte de las empresas y las familias, que conlleven no solo a reducir el desempleo, sino a mejorar su calidad y con ello las condiciones de vida de la población.