Relación con animales silvestres será diferente ahora

Reglamento de Ley de Vida Silvestre le da la potestad al Estado de regular los bienes de dominio e interés público, según el interés de la sociedad y no el interés particular de un sector.

Johnny Núñez/CAMPUS
jnunez@una.cr



El reglamento es un paso más hacia la conservación de la fauna silvestre, en donde Costa Rica se caracteriza por estar a la vanguardia de muchos países de la región en los procesos relacionados con la protección de la naturaleza.

El pasado 9 de agosto entró en vigencia el nuevo reglamento de la Ley de Conservación de la Vida Silvestre. Esta norma cambia la manera como los seres humanos nos veíamos relacionando con las especies silvestres, y obliga a centros de rescate, zoológicos, zoocriaderos, así como a tour operadores, turistas y visitantes de áreas protegidas a acatar ciertas medidas en su vínculo con dichos animales.

El cambio de paradigma etablece, en algunos casos por primera vez, cómo debe ser el contacto con animales silvestres, ya sea en su hábitat o en algún centro de exhibición o rescate. También esclarece cómo debe entenderse la relación con dichas especies cuando median fines científicos y educativos.

Si bien en Costa Rica la cacería está prohibida por ley desde hace años, y la práctica de utilizar animales silvestres para un espectáculo con el propósito de atraer público es escasa, el reglamento permite cerrar algunos portillos, tal y como quedó demostrado en un foro sobre el Reglamento a la Ley de Conservación de Vida Silvestre, realizado en agosto en la Universidad Nacional (UNA).

En relación con el tema de la cacería, Pablo González, fiscal ambiental adjunto del Ministerio Público, indicó que en los últimos 25 años se han dado grandes avances al respecto, como la prohibición total de la cacería, tras la reforma a la ley que se hizo en 2012, pero—agregó—quedan aspectos pendientes, como rescatar y agregar la palabra “acoso”, con lo cual se penalizaba también el acto de pretender cazar un aminal silvestre o provocarle maltrato o estrés, como colocar jaulas, amedrentarlos con perros o dispararles con el fin de acorralarlos.

De igual forma, Mauricio Jiménez, director del Hospital de Especies Menores y Silvestres de la Escuela de Medicina Veterinaria de la UNA (Hems-UNA), destacó que el reglamento contituye un paso más hacia la conservación de la fauna silvestre, lo cual es de mucha valía para un país que se caracteriza por estar a la vanguardia en los procesos relacionados con la conservación.

Jiménez rescató el hecho de que se impida las prácticas en las cuales se utilizan animales silvestres para espectáculos públicos, con fines turísticos o de cualquier otro tipo, que no sea de conservación, educación y difusión con respecto a la vida silvestre. Reconoció, sin embargo, que en Costa Rica son muy escasas los espectáculos públicos de este tipo, pues con los años se ha comprendido que esa no es una práctica saludable.

Otro aspecto que el especialista ponderó es que se regule a los zoológicos para que al exhibir animales se cumpla el objetivo de brindar educación ambiental y que no sean simples animales enjaulados. “Los animales con potencial para ser liberados deben manejarse desde su rescate o decomiso de manera técnica y científica para no perder esa posibilidad de volver al bosque”, añadió el especialista.

Fauna y turismo

Por muchos años, Costa Rica se ha promocionado al mundo como un paraíso verde, no solo reconocido por la belleza panorámica de sus parques nacionales, sino por la facilidad que tiene el turista para visitar bosques, parques nacionales y observar animales silvestres en su hábitat natural.

La fauna silvestre en cautiverio, sostiene Jiménez, no es algo que motive a los visitantes de parques nacionales y áreas protegidas. “Las supuestas afectaciones al sector turismo no son claras para nadie: los zoológicos recibirán visitantes, los zoocriaderos seguirán reproduciendo y los centros de rescate continuarán su labor de devolver animales silvestres al bosque” indicó Jiménez.

Laura Porras, funcionaria del Instituto Internacional en Conservación y Manejo de Vida Silvestre (Icomvis-UNA), explicó que desde hace muchos años el turismo ha generado fuentes de ingreso; sin embargo, esta actividad no ha recompensado a la fauna silvestre por las interacciones negativas entre turistas y fauna, que provocan cambios en el comportamiento de las especies silvestres, tal y como sucede en el Parque Nacional Manuel Antonio, donde los mapaches se acoplaron al horario de visitación de los turistas.

“Con este reglamento se deben promover interacciones positivas entre turismo y especies silvestres; es decir, hacer vídeos o fotografiar a los animales en su hábitat natural, sin necesidad de tocarlos o irrespetar su espacio privado. Es esencial que el turista respete el comportamiento de la fauna silvestres y que esta se pueda expresar de forma libre en su hábitat natural”, comentó Porras.

Recalcó que es importante mantener la distancia entre los animales silvestres y los seres humanos, con el fin de evitar la diseminación de enfermedades, ya que algunas enfermedades infecciosas trasmitidas por animales silvestres podrían impactar la salud pública y causar deterioro en el propio comportamiento y salud de los animales silvestres.

La especialista enfatizó que el animal en cautiverio también puede presentar estrés que repercute en su sistema inmune y ocasionar enfermedades, algunas de ellas zoonóticas (que podrían transmitirse a las personas).

De cara al futuro

Hay muchos retos asociados con la implementación de este reglamento, sin embargo el Sistema Nacional de Áreas de Conservación, del Ministerio de Ambiente, ya busca el acercamiento con el sector académico y científico de las universidades públicas, con las que desarrollaría los mecanismos para su implementación. De igual forma, se establecen los vínculos necesarios con el Servicio Nacional de Salud Animal, pues hay aspectos relacionados con salud en vida silvestre que son propios de este ente regulador, informó Jiménez.

Es posible, adelantó el epecialista, que en todo centro donde haya animales silvestres en cautiverio se deba tener un médico veterinario regente, para trabajar en equipo y brindar el manejo adecuado a los animales silvestres. Por lo anterior no descarta que emerjan grupos minoritarios que realizan campañas con argumentos inexactos y sin fundamento científico. Ante ello, recomienda salvaguardar el patrimonio para el disfrute de las generaciones futuras y conservación del planeta.

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    Octubre 2017 - Año XXVII # 291

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