Al mal tiempo… nuevas oportunidades
Laura Ortiz C./CAMPUS
Aquella mañana Sherman Guity viajaba en su motocicleta y recibió el fuerte impacto de un autobús. Tras el golpe, bastaron segundos para que el joven viera cómo su vida daba un enorme giro.
Los noticieros hacían eco del suceso y en su mayoría, lamentaban la pérdida de una gran exponente del atletismo nacional, ya que en el choque, el joven, considerado sucesor de Nery Brenes, perdió parte de su pierna izquierda.
Lejos de las noticias, en una sala de hospital, aquel muchacho de apenas 20 años no se concentraba en su pérdida, sino en la nueva oportunidad que tenía para vivir. Recibía con entusiasmo las visitas de familiares y amigos y con una gran sonrisa, días después del accidente decía a los medios: “Yo estoy bien, espero estar corriendo en seis meses y les prometo ser el mejor atleta paralímpico del país”.
Confieso que yo le escuchaba incrédula. No pensé que ese positivismo y entusiasmo se lograra en pocos días. “No ha caído en cuenta de lo que pasó”, me dije. Pasaron pocos días y Guity salía con buen humor del hospital. Dos semanas después y apoyado en sus muletas recorría la misma pista de atletismo que lo vio entrenar cada mañana, y también se ejercita en el gimnasio. Tiene una nueva meta y su objetivo es cumplirla.
Sonriente, optimista, apoyado por su familia, amigos y compañeros. Probablemente en la intimidad de su hogar tendrá sus altibajos, pero hoy creo que la actitud de ese joven es sincera, no se concentró en el pasado, sino en todo lo que tiene para enfrentar el futuro. Estoy segura que su fuerza, su entrega y su gran entusiasmo le llevarán muy lejos, incluso más que antes del accidente. Ojalá muchos, me incluyo, aprendiéramos un poquito de ese positivismo para ver la vida, para aceptar cambios y emprender con ellos nuevos caminos.