Entrelíneas
Cuando Linus inclinó al “Gigante de Redmond”
Johnny Núñez Z/CAMPUSjnunez@una.cr |
Hace mucho escuché de él, en ese momento me era indiferente, pero cuando conocí sus bondades juré un: “hasta aquí, no pagaré más caprichos por el sistema operativo de las ventanillas”. Y es que cuando conocí el Linux cambió mi perspectiva sobre el software libre, que hasta la fecha defiendo a un click.
Todo empezó hace dos años, cuando mi computadora portátil dijo hasta aquí; recuerdos, fotografías y momentos inmemorables se durmieron con ella, culpa, quizá, de un “pirata cibernético” que vulneró el sistema operativo por no tener actualizada la licencia y el antivirus. Digo quizá, porque soy neófito en este tema, a no ser por mi hermano que es un gran entusiasta de la tecnología informática y el software libre.
Al día siguiente, quisiera o no, tuve que comprar otra portátil que me costó cerca de $700, por su precio un equipo básico para mis tareas universitarias y algunas laborales que tienen que llevarse a la casa. Atónito, así fue como quedé, cuando mi hermano me hizo ver que casi $300, de la inversión total, era para cubrir el costo del sistema operativo del gigante de Redmond, en su versión 8.1 o 10, no preciso, pero que nunca pensé en comprar ni utilizar.
Fue ahí cuando me preguntaba por qué el mercado no me vende solo el aparato y quede a mi discreción si adquiero o no una licencia de determinado sistema operativo. Eso me molestó, al punto que deseaba apedrear al sistema de las ventanas que me obligaba adquirirlo contra mi voluntad.
Por tal razón, una vez cargada la batería del nuevo computador “me volé”, así en forma coloquial, el lento, complejo, trabado y sobretodo, vulnerable sistema que traía y dimos vida a mi unidad con el sistema operativo creado en 1991 por Linus Torvalds, ya sea con su “Distro” Ubuntu, Mint o incluso Deepin, las cuales he ido conociendo en ese orden.
A partir de ahí velocidad, eficacia, calidad y actualizaciones gratuitas de seguridad y rendimiento en determinados periodos y lo más importante no preocuparme por ataques generados en su mayoría por “piratas informáticos” que quisieran vulnerar mi sistema operativo.
Con el tiempo conocí que el software Libre se utiliza en diversos ámbitos y aspectos comunes del día a día; desde automóviles inteligentes, robótica aplicada, así como la creación de sistemas de información pasando por redes sociales como Facebook hasta importantes entidades gubernamentales y de exploración científico-espacial y muchas más aplicaciones prácticas del quehacer diario.