Vivero forestal de clones: una opción para el sur

Productores de la zona sur tendrían la oportunidad de plantar y cosechar teca y manglillo, como una opción para su economía familiar.

Laura Ortiz C./CAMPUS
lortiz@una.cr



Un grupo de productores recibió a investigadores del Inisefor-UNA para conocer los  resultados de la producción clonal de las especies de teca y manglillo.

En la década de los 70 el país sufrió un acelerado proceso de deforestación, que dio pie para que en la zona sur del país se instalaran monocultivos como el del banano y la palma africana, productos que rápidamente pierdieron valor en el mercado debido a la altísima oferta de la región.

Las grandes extensiones de terreno que no fueron utilizadas para estos monocultivos se dedicaron a la ganadería o a la producción de frijoles, arroz, yuca y algunas hortalizas, principalmente para consumo familiar y muy poco para el mercado interno. Aunado a esto, la mayoría de productores empiezó a peinar algunas canas, y el arduo trabajo de campo espera ansioso su relevo generacional.

“Los jóvenes ya no quieren trabajar la tierra, ahorita no vamos a tener ni yuca para comer, pero tienen razón, el trabajo es duro y es muy poco lo que se recibe por esa producción; tenemos mucha tierra pero nada más”, dijo Alcides Fernández.

Para aprovechar estas tierra han surgido múltiples iniciativas que prometen reforestar los terrenos destinados a la producción de madera; sin embargo, se ha tenido que luchar contra la fuerte demanda del producto, las severas restricciones a la cosecha de los bosques y el aprovechamiento anticipado de las plantaciones.

Clones de esperanza

Con el objetivo de generar oportunidades futuras para el desarrollo de proyectos en el área de producción forestal, el Instituto de Investigación y Servicios Forestales de la Universidad Nacional (Inisefor-UNA) inició, hace alrededor de 10 años, un proyecto para identificar el mejor material genético de teca (Tectona grandis)  y manglillo (Aspidosperma spruceanum), ya que la calidad de las plantaciones que se instalen con este material presentarán mayores índices de crecimiento y mejor rendimiento por hectárea.

El pasado 1 de marzo, los investigadores Rafael Murillo y Ana Isabel Barquero realizaron un día de campo en La Palma de Puerto Jiménez de Osa, con el objetivo compartir con un grupo de productores los resultados del proyecto de producción clonal de manglillo y teca.

Eladio Barroso tiene un terreno de 40 hectáreas, hace varios años sembró algunos árboles de teca en un lindero de su propiedad. “Yo tengo que decir que a esos árboles nunca les hice nada, crecieron a la libre,  13 o 14 años después vinieron para ofrecer comprármelos y obtuve tres millones de colones, sin hacerles nada, estaban ahí en la cerca”.

Estos árboles, de acuerdo con el investigador Murillo, no tenían el mejor material genético, y aunque se pudieron vender a un mejor precio, representan un ejemplo del potencial económico que tienen estas especies.

Por otra parte, el manglillo es una especie de rápido crecimiento ampliamente aceptada en el mercado nacional, cuya madera se utiliza en construcción, tanto de interiores como exteriores y hasta en la mueblería.

Murillo insistió con los productores en que el éxito de las plantaciones forestales está ligado con múltiples factores. “Lo principal es hacer un análisis del suelo, valorar las condiciones topográficas del terreno y las características propias de la especie. La instalación de una plantación compite por el uso de suelo con actividades agrícolas y ganaderas y su inversión se justifica solo si la actividad será permanente”.

El Inisefor-UNA, posee en su vivero La Amapola, los clones para la producción de teca y manglillo, con el objetivo de ofrecerlos a un precio adecuado a los productores, a fin de ligar la gestión de capacidades locales, lograr un mayor desarrollo económico a mediano plazo e incentivar nuevas fuentes de empleo. “Lo que nosotros queremos es que el productor pueda tener esa visión no solo en el corto plazo, sino que piense en lo que sus terrenos les pueden dar a futuro. Con la siembra de estos clones y los cuidados básicos de la plantación, la inversión sería más que retribuida”, explicó Murillo.

Sin embargo, para los investigadores, este proceso no se detiene en el establecimiento de la plantación. “La demanda de madera es muy importante a nivel nacional, pero debemos ir más allá, no podemos quedarnos en ofrecer madera, lo ideal es establecer una cadena productiva con valor agregado, y ahí estamos hablando de mueblería, ebanistería, artesanía,  y las tarimas o cajas de madera que se usan en la exportación de productos agrícolas”, explicó Murillo.

Don Eladio mantiene su mirada alegre y entre resignación e impotencia declara: “Yo estoy aprendiendo; si hace años, cuando sembré los primeros árboles de teca, hubiera ido sembrando cada año un poquito y un poquito más, otra cosa sería, pero a uno le cuesta hacer esa inversión sin pensar en que no es para  ya, sino para asegurar un futuro para una mejor calidad de vida”, dijo.

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    Abril 2018 - Año XXVIII N° 296

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