Reactivación de la Economía Costarricense: Una opción complementaria al déficit fiscal

Carlos Ldo. Arguedas Campos (*)
carlos.arguedas.campos@una.cr

El debate económico en Costa Rica durante el presente semestre del 2018 ha estado monopolizado por la discusión de la aprobación del proyecto de ley 20580, relacionado con el Fortalecimiento de las Finanzas Públicas.

Si bien el proyecto de ley es más amplio en su alcance y sus propuestas—por ejemplo la regla fiscal—el debate se centró en la estructura impositiva, por una parte, para el sector productivo y laboral, por el efecto en los ingresos presentes de los agentes económicos en sus decisiones de consumo e inversión; y por otra parte, para el Gobierno de la República por la urgencia de disponer de recursos para evitar un crisis de iliquidez (incapacidad de pagar sus obligaciones ordinarias) y que ha logrado gestionar durante este semestre mediante las letras del tesoro suscritas con el Banco Central.

Sin embargo, este debate se ha caracterizado por una presentación y defensa obsesiva, tanto de tirios como troyanos, a este proyecto de ley como opción para enfrentar la actual situación fiscal, pero con una peculiaridad en el diseño de la política económica (policy marker) al considerar que la situación actual del déficit fiscal se soluciona—lo cual no es tan simple y ni cierto—con la aprobación o reprobación del proyecto por la Asamblea Legislativa.

Además, es importante aclarar que el proyecto de ley, con el capítulo respectivo de los cambios en los impuestos (centrado en la implementación de un impuesto al valor agregado, IVA), debe considerarse como una primera contribución a la situación fiscal del país, que requiere técnicamente de otras acciones de política económica, donde la principal sería la de reactivación económica.

En términos económicos se ha demostrado el impacto positivo del crecimiento económico como opción para mejorar situaciones fiscales deficitarias, donde la reactivación económica genera un proceso virtuoso en la recaudación de impuestos y en la mejora en la eficiencia-efectividad en el gasto, argumento del cual Costa Rica ya tiene experiencias prácticas por la relación crecimiento–déficit durante el quinquenio del 2001 al 2006 y con las medidas pro reactivación para contrarrestar los efectos de la crisis económica internacional que adoptó el país, con el denominado Plan Escudo, en el año 2008.

Por lo tanto, desde la formulación de la política económica ha estado ausente como una opción viable para contribuir en la solución del déficit fiscal el diseñar e implementar una estrategia de reactivación económica, con impactos positivos en el desarrollo regional y nacional, que contribuya con el logro de otros objetivos país suplementarios, como serían el combate al desempleo y la pobreza.

En conclusión, la recomendación económica sería que simultáneamente al proceso de aprobación legislativa se impulse un Plan Nacional de Reactivación como una opción de política económica que contribuya con la solución de la situación fiscal nacional.

(*) Académico ESE-UNA