UNA lanza iniciativa para aportar en la solución de problemas sociales

Silvia Monturiol F. /CAMPUS
smonturi@una.cr

En diálogo con representantes de la sociedad civil e instituciones públicas y privadas, las comunidades epistémicas buscan construir conocimiento colectivamente, tal como se trabaja en el tema de la gestión del riesgo y la adaptación al cambio climático.

Aportar en la solución de problemas sociales mediante la construcción colectiva de nuevos conocimientos es el objetivo de las “comunidades epistémicas”, que presentó oficialmente la Universidad Nacional (UNA), el pasado 24 de abril en la Sala de Exrectores de la Biblioteca Joaquín García Monge, en el Campus Omar Dengo.

Personal académico y administrativo, estudiantes, representantes de organizaciones de la sociedad civil y de instituciones públicas y privadas, reunidos por una temática común, comparten entre ellos sus saberes—más allá de las disciplinas—en cada una de las comunidades epistémicas, donde se busca construir nuevos conocimientos que impacten la práctica social e incidan en la política pública.

Para el rector, Alberto Salom, con las comunidades epistémicas se concreta uno de los puntos más importantes del programa de su gestión, el cual consiste en posicionar a la UNA como una universidad inter y transdisciplinaria.

Diálogo de saberes

“Significa que dialoguemos, que nos reconozcamos entre todos, no solo entre científicos… Abrirnos todos y todas para que haya un diálogo fecundo”, afirmó el rector de la UNA.

Así lo han vivido académicos integrantes de cada una de las siete comunidades epistémicas actualmente en funcionamiento.

No por casualidad, Adriana Zúñiga, integrante de la comunidad epistémica Observatorio de la enseñanza-aprendizaje de las ciencias exactas y naturales, rescató “el poder dialogar de manera permanente sobre una problemática que nos preocupa a todos”, como una ventaja importante del trabajo dentro de este grupo interdisciplinario.

Con cerca de dos años de trabajo, el Observatorio ha logrado avances importantes en la creación de un proyecto conjunto con el Ministerio de Educación Pública para fortalecer el perfil profesional de los profesores de ciencias exactas y naturales en ejercicio, oportunidades para la formación profesional a través de posgrados, la construcción de alianzas estratégicas con otras universidades y el desarrollo de proyectos integrales y coordinados con distintas unidades académicas.

“Estamos en una forma de interacción que nos permite tener confianza del trabajo entre disciplinas, hacer comunidad y así empezar a proyectarnos hacia la sociedad”, destacó Gustavo Barrantes, miembro de la comunidad epistémica Gestión del riesgo y adaptación al cambio climático.

Aunque considera prematuro hacer proyecciones a largo plazo, Barrantes sostiene que lo que quiere esta comunidad de académicos, administrativos, estudiantes y otros actores de la sociedad civil es desarrollar una forma de pensar y de actuar enriquecida con los aportes de las diferentes disciplinas, de manera que pueda influir positivamente en la política pública y en el accionar de las comunidades. “Se trata de buscar caminos que ofrezcan nuevas oportunidades, integrando los diferentes saberes, para llevarnos a la solución de problemas complejos”, subrayó.

De esta manera se van dando pasos hacia una forma académica más sinérgica—como afirmó la rectora adjunta, Ana María Hernández Segura—donde se deje de abordar el conocimiento desde una perspectiva fragmentada y aislada, para propiciar el diálogo de saberes entre diferentes disciplinas académicas y también no académicas. “Sabemos que hay muchos saberes ancestrales y de personas. Por ejemplo, los habitantes de la zona azul en Nicoya tienen mucho que decirnos sobre sus estilos de vida saludable”, resaltó.

Es así como el gran aporte de las comunidades epistémicas, en opinión del rector Salom, es promover una mayor integración de la Universidad con la sociedad porque “si la Universidad es una torre de marfil, no dialoga con las comunidades y lo que necesitamos es una universidad mezclada con las comunidades y abierta al diálogo con ellas”.

Al fin y al cabo, como señala la coordinadora de la iniciativa y asesora de la Rectoría Adjunta, Anamaría Hernández Barrantes, el resultado del trabajo de las comunidades epistémicas permite cumplir con dos de las tareas fundamentales de las universidades: producir conocimiento y establecer diálogo con la sociedad para el aporte en la solución de problemas sociales.