Seguimiento de graduados, formación y espacios laborales
Lilliam Quirós Arias (*) para CAMPUS
lilliam.quiros.arias@una.cr
El Observatorio Laboral de Profesiones del Consejo Nacional de Rectores (Conare) publicó el Informe del III estudio de seguimiento de la condición laboral de las personas graduadas de las universidades costarricenses entre el periodo 2011-2013; este informe pone en entredicho la imparcialidad de la información. ¿Por qué algunas carreras no aparecen en los datos?, ¿cuántos estudiantes ingresan anualmente a la universidad y cuántos se gradúan?, ¿cómo se regula el mercado laboral de las diversas carreras?, ¿cuáles son los requerimientos de inserción laboral de las nuevas generaciones?, ¿cuál es el aporte diferencial de algunas carreras restringidas hoy día por un mercado laboral cada vez más exiguo y miope en su enfoque mediático?
La Escuela de Ciencias Geográficas, a través de su proceso de acreditación y reacreditación de la carrera de Ciencias Geográficas con énfasis en Ordenamiento del Territorio, evidencia la importancia social de la carrera. Desde su fundación, en 1974, hasta la I graduación del año 2018 ha graduados 898 estudiantes, 72% son de bachillerato y 28 % de licenciatura; el mayor porcentaje (49%) se graduó con el último plan de estudio 2005-2018.
Las instituciones o empresas donde laboran los geógrafos son diversas: públicas, privadas, propias y organizaciones no gubernamentales. Muchos son los esfuerzos para fortalecer el desempeño del estudiantado a partir del seguimiento que realiza la Escuela: se fortalecen sus habilidades de liderazgo, se les capacita para elaborar informes escritos, se evalúa y actualiza el perfil académico-profesional y se da seguimiento al desempeño de los graduados para generar información y fortalecer su valoración en puestos de decisión; además, se brinda capacitación continua.
La reciente revisión y actualización del plan de estudio integra un balance entre los paradigmas y tendencias de la geografía como disciplina científica, así como las necesidades del mercado laboral en procura del espacio para las generaciones presentes y futuras; se incorporan y fortalecen líneas de trabajo como cambio climático, ordenamiento de espacios costeros, y ordenamiento urbano.
Los geógrafos somos profesionales que tenemos que luchar por los espacios laborales, como si no fuera suficiente el aporte de la disciplina y la relevancia de nuestro trabajo.
Coincidimos con Conare, en la importancia que tiene para el país dar seguimiento a los graduados y nuestras áreas de trabajo, ya que esta información no solo favorece la retroalimentación de la oferta académica, si no que nos permite identificar nuevos espacios de mercado y seguir contribuyendo en la solución de problemas presentes y emergentes.
Sin embargo, como especialistas y autoridades rectoras de educación superior, es necesario que tengamos un panorama amplio; es decir, que los estudios de seguimiento se aborden desde una perspectiva crítica y visionaria en cuanto al aporte diferencial de cada disciplina, no como un mero dato cuantitativo, pues ello podría afectar aquellas carreras que hoy colocan sus graduados en el mundo laboral, cumpliendo así la función que se le ha encomendado a la misma universidad. Sacar conclusiones solo a partir de los datos del mercado laboral puede ocultar una realidad que debe ser intrínseca en cada carrera que se oferta: la importancia social de la disciplina y su verdadero aporte al desarrollo del país.
(*) Directora-Escuela de Ciencias Geográficas UNA