Héroes entre pasillos
Gerardo Zamora Bolaños / CAMPUS
gzamorab@una.cr
Durante el conversatorio UNA oportunidad para todos, organizado por la Escuela de Administración, se conocieron varios testimonios de estudiantes con capacidades especiales. |
Entre sillas de rueda y bastones se levantan a diario historias dignas de aplaudir. Si no que lo digan los académicos de Escuela de Administración de la Universidad Nacional (EDA-UNA), cuyas aulas están llenas de impresionantes relatos. La de Henry Quirós es una de ellas. Este estudiante avanzado de la carrera de Administración se impone a su propia discapacidad visual, culpa de un desprendimiento de retina y glaucoma, para conquistar sus sueños: “fue aquí mismo durante mi carrera que fui perdiendo la vista poco a poco, al punto que hoy solo veo parchones. Eso no me impide lograr mis metas académicas y también personales; por ejemplo, a inicios de este año logré coronarme campeón centroamericano en los 100, 200, y 400 metros planos de mi categoría, en Nicaragua, gracias a la disciplina y al esfuerzo de mi guía, Keith Stewart, quien corre conmigo, separados solo por una cuerda de 15 centímetros”, explicó Quirós.
Su testimonio trascendió el pasado 14 de febrero, en ocasión del conversatorio UNA oportunidad para todos, organizado por la EDA, en el Auditorio Rodolfo Cisneros, de la Facultad de Ciencias Sociales: “conociendo la trascendencia que tiene para el quehacer universitario la búsqueda de mecanismos de inclusión para todos los individuos de la sociedad, es que quisimos realizar esta actividad. Pretendíamos compartir los éxitos y experiencias de varios estudiantes de nuestra escuela que tienen alguna condición especial. Es también una forma para que nuestra comunidad de académicos y funcionarios administrativos puedan conocer estos relatos, y se motiven en su importante tarea de apoyo a estos jóvenes”, subrayó Floribeth Solís, directora de la EDA.
En el conversatorio participaron otros estudiantes de esa escuela, como Carlos Fonseca, quien presenta una atrofia en su médula espinal, lo que le impide caminar. También María del Pilar Riveros, quién perdió ambas piernas en un accidente ferroviario hace 15 años. “Hoy veo la vida con madurez. Después del accidente me animé a estudiar más, hoy curso la licenciatura en gestión financiera aquí en la UNA, y puedo decir que he crecido como persona y profesional. ¿El secreto para lograrlo Dos cosas: primero una actitud positiva para enfrentar la vida, no es fácil, sobre todo si de un día para otro pierdes las piernas, pero todo se basa en lo que uno quiere en la vida; segundo, una universidad que me ha tendido la mano solidariamente”, concluyó Riveros.