Literatura infantil para humanizarnos

Johnny Núñez Z. / Silvia Monturiol F. /CAMPUS
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Los cuentos de hadas cumplen el papel hacernos soñar, creer y buscar ese futuro promisorio que está en cada uno de nosotros, según expresó el escritor de literatura infantil Carlos Rubio durante una conferencia en el Cide.

“La literatura infantil en el siglo XXI tiene la posibilidad de humanizarnos”, afirmó el escritor Carlos Rubio, autor de libros para menores y académico universitario, quien  ofreció la conferencia “El encantamiento del “había una vez”. Autores costarricenses
de literatura infantil, cuentos de hadas e intertextualidad: búsqueda de nuevas perspectivas para fomentar la lectura en la niñez escolar”, el pasado 9 de abril en el auditorio Marco Tulio Salazar, del Centro de Investigación y Docencia en Educación de la Universidad Nacional (Cide-UNA).

Rubio no encuentra efectos dañinos en los cuentos de hadas; más bien, exsu lectura en la   a la Asamblea Legislativa, el pasado febrero ml contrario, sostiene que ante situaciones tan adversas como laplica que ante situaciones tan adversas como por ejemplo el fallecimiento de más de mil niños en lo que va del año por la guerra en Siria, los cuentos de hadas “nos hacen soñar, creer, buscar ese futuro promisorio que está en cada uno de nosotros”.

El escritor de literatura infantil y académico de la División de Educación Básica de la UNA añadió que el cuento o el poema nos están llamando a que existan seres humanos que se puedan hermanar, que puedan sentir lo que realmente significa vivir en un mundo fraterno.

Durtante su exposición, Rubio manifestó que la historia del cuento de hadas en Costa Rica se remonta a la antigüedad; sin embargo, no es sino hasta la publicación de Cuentos de mi Tía Panchita—de Carmen Lyra—en 1920, cuando empieza a tomar fuerza el relato, motivado en el folclor y en la tradición de los cuentos de hadas.

Es a partir de entonces—añadió—cuando se empezó a reinventar los cuentos de hadas, con un lenguaje propiamente costarricense para hacerlos una parte fundamental de la identidad nacional.

Rubio también se refirió a la presentación de dos proyectos ante la Asamblea Legislativa, en febrero pasado, que buscan incentivar el libro costarricense y su lectura en la población de todas las edades, así como la creación de un Consejo Nacional de Libros de Lectura que pueda implementar todas las propuestas necesarias para formar personas más críticas, creativa y, ante todo, conscientes de su realidad, “y leer el mundo en ese sentido de hermandad y fraternidad que tanta falta nos hace”.

Entre las publicaciones de Carlos Rubio destacan  los cuentos Queremos jugar, Pedro y su teatrino maravilloso y Las mazorcas prodigiosas de Candelaria Soledad, La mujer que se sabía todos los cuentos,  así como  las novelas Escuela de hechicería, matrícula abierta y Papá es un campeón, obras dadas a conocer con el sello del Grupo Editorial Norma y la Editorial Costa Rica.

Su producción literaria ha sido reconocida con importantes galardones como el Premio Joven Creación, en 1984 y el Premio Carmen Lyra de Literatura Infantil, en 1990.