Sin emoción no hay aprendizaje

Silvia Monturiol F. /CAMPUS
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María Lourdes Serna, pediatra y psicopedagoga mexicana, ofreció la conferencia La neuropedagogía en el aula, durante la cual compartió con docentes del Cide algunos recursos orientados a motivar a los estudiantes hacia el aprendizaje.

“Un cerebro que no se emociona, no aprende; memoriza”, aseguró María Lourdes Serna González, pediatra y psicopedagoga mexicana, quien impartió la conferencia La neuropedagogía en el aula, el 21 de noviembre pasado en el auditorio Marco Tulio Salazar del Centro de Investigación y Docencia en Educación (Cide).

Tomar en cuenta las emociones en el aula es, entonces, clave para que los alumnos logren un aprendizaje significativo. Precisamente, este es el recurso por excelencia que propone a los docentes la neuropedagogía, interdisciplina que conjunta las neurociencias, la pedagogía y la psicología.

Pero no se logrará emocionar en medio de una lección magistral tradicional, donde los alumnos se convierten en simples receptores de contenidos; esto, más bien, es causa de aburrimiento. “Si en un aula hay más de tres estudiantes apagados, el docente debe reflexionar sobre su práctica”, advirtió Serna.

Y es que—lamentó la pasante internacional—por décadas, los docentes han dejado de lado las emociones, debido a que las instituciones en las cuales se formaron se han enfocado en que los futuros profesores salgan bien capacitados en los contenidos que van a enseñar y en cómo hacer exámenes, pero no cuentan con los instrumentos que les permitan motivar a sus alumnos para el aprendizaje.

Es así como el sistema educativo en nuestros países se ha centrado en el cerebro cognitivo, ignorando el cerebro emocional, lo que provoca que niños y jóvenes adquieran conocimientos, que luego olvidan, de manera que no les resultan útiles en su vida. “Esto sucede porque no fueron marcados por algo que los emocionaba, que los incentivaba a aprender”, subrayó la especialista, quien considera esencial que las instituciones formadoras de docentes—en el caso de Costa Rica, las universidades—asuman este tema como una prioridad en su currículo.

Disfrutar del conocimiento

El aprendizaje significativo, ese que supera el paso del tiempo y está disponible a lo largo de la vida, es aquel que se logra cuando los profesores inspiran la motivación a través de metodologías dinámicas y creativas.

De esta forma, es posible captar el interés de los estudiantes e impulsarles a la acción y a la exploración de nuevas posibilidades, en vez de a la repetición y la obtención de la “respuesta correcta”, tal como lo ilustró Serna, mediante una dinámica en la cual se involucró su audiencia, compuesta principalmente por docentes del Cide y graduados de carreras de enseñanza.

En cuanto a los beneficios que obtienen los estudiantes cuando en el aula se toman en cuenta sus emociones, la experta mencionó: “La conducta del niño mejora, el aprendizaje significativo incrementa, se transforma en un ser social más participativo, más respetuoso, se hace un ser reflexivo, y sobre todo le ayuda a ser feliz”.

Resaltó que en la sociedad actual se considera exitosa la persona que obtiene un título y que posee mucho dinero; es decir, se le da gran importancia al tener, en detrimento del ser.

“Hay alumnos que tienen un excelente promedio, un 10 perfecto, pero son niños frustrados. ¿Por qué? Porque a lo mejor están siendo olvidados, no solo por el maestro o por la escuela, sino también en casa por sus padres”, afirmó.

Es por eso que al tomar en cuenta las emociones, los docentes contribuyen a enseñar a los estudiantes que el éxito también es ser feliz. “¿Y cómo va a ser feliz? Disfrutando ese conocimiento que ha adquirido, aplicándolo en su vida diaria y llevándolo a los demás”, recalcó.

Pasos hacia el cambio

La División de Educología del Centro de Investigación y Docencia en Educación de la Universidad Nacional (Cide-UNA) ha venido dando pasos para promover el conocimiento del cerebro emocional, con miras a mejorar la práctica docente y contribuir a un aprendizaje significativo.

“Como docentes comprometidos a hacer las cosas cada día mejor, es preciso actualizarse en el mejoramiento de la mediación pedagógica”, afirmó Herminia Ramírez, subdirectora de esa unidad académica, al inaugurar el I Seminario para el fortalecimiento de la mediación pedagógica: Neuropedagogía y evaluación en el contexto de las adecuaciones curriculares”.

Este seminario—realizado a finales de noviembre de 2018—es un paso más en el camino por darle a las emociones el lugar prioritario que le corresponde en una entidad formadora de formadores.

En esa dirección, el evento contó con la participación de las pasantes internacionales María Lourdes Serna, quien impartió la conferencia “La neuropedagogía en el aula”, y Patricia Serna, quien dirigió el taller “Estrategias para evaluar desde las adaptaciones y adecuaciones”. El seminario generó un espacio para el análisis y la reflexión de la neuropedagogía, la evaluación y las adecuaciones curriculares en la mediación pedagógica.

Se trataron los siguientes ejes temáticos: neuropedagogía, evaluación de los aprendizajes, necesidades educativas especiales, didáctica y tecnologías de la información y la comunicación.

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    Febrero 2019 - Año XXXI N° 305

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