Movimiento fomenta vivir sin violencia

Johnny Nuñez Z./CAMPUS
jnunez@una.cr

El movimiento humano presenta oportunidades para prevenir la violencia.

El movimiento humano desde sus múltiples formas y, en particular, desde el pensamiento, el conocimiento, el arte, el deporte y la recreación no solo resulta eficiente y eficaz en relación con la prevención y tratamiento de casos de violencia, sino que también constituye una poderosa herramienta de expresión, empoderamiento y comunicación en estos casos.

Inés Revuelta, académica de la Escuela de Ciencias del Movimiento Humano y Calidad de Vida (Ciemhcavi-UNA), explicó que el movimiento humano, desde un planteamiento entendido a partir de la conceptualización de “movimiento”, como la acción de que el cuerpo deje el lugar que ocupa y pase a ocupar otro, permite que el movimiento como tal y desde un enfoque simple pero directo, pueda y deba ser utilizado como una importante estrategia, no solo para tratar sino también para prevenir la violencia.

Añadió que el movimiento no solo debe aplicarse como el acto de “mover el cuerpo”, lo cual indudablemente es vital con relación a la salud física y mental, sino que debe entenderse a nivel integral desde sus diversas posibilidades, lo cual incluye la de pensar y entenderse como persona, así como constituir una poderosa herramienta para enfrentar, prevenir y atender la violencia de género contra las personas y en particular, contra las mujeres.

La investigadora agregó que en el aspecto concreto de “mover el cuerpo” y muy particularmente por medio de áreas y disciplinas relacionadas con las artes, la actividad física, terapias complementarias, el deporte y la recreación.

Prevención y atención

“Si bien es cierto, la violencia es un fenómeno multifactorial, en el esquema de su prevención y atención se deben considerar todas las ciencias del movimiento humano y las artes por sus resultados y porque son formas humanas y cercanas, eficientes y eficaces en un modelo de atención”, comentó la académica.

El “movimiento” es todo cambio de posición que experimenta un cuerpo en el espacio en general. En este sentido y desde un enfoque a partir de las áreas componentes de calidad de vida, ese “espacio” se puede ubicar a nivel físico, emocional, espiritual, ocupacional e intelectual. Por ejemplo, se presenta la oportunidad de cambio o traslado físico de una persona pero también se puede “trasladar y cambiar” el pensamiento, actitudes, emociones en el aspecto emocional y cognitivo. En este sentido, el movimiento se debe entender desde una perspectiva muy amplia con relación a sus posibilidades metodológicas en la prevención y atención de violencia de género.

Según el Observatorio de Violencia de Género contra las Mujeres y Acceso a la Justicia, sólo en 2018, en el país se contabilizaron 26 femicidios de 64 homicidios contra mujeres. Durante 2019 (al 7 de octubre), se han registrado 10 femicidios; las últimas dos muertes ocurrieron el 5 de octubre en Puerto Jiménez de Golfito, Puntarenas. La investigadora lo resume así: “Una sola es demasiado.”