El fin de la seguridad alimentaria
Efraín Mora MoraEn Costa Rica escuchamos y vemos a muchas personas referirse a la seguridad alimentaria. Necesitaron casi tres lustros para darse cuenta del caos.
Para la mayoría de los costarricenses es un asunto que carece de importancia, porque todavía no se ha enterado que estamos comiendo lo que otros países nos quieran vender. Con la agravante de que hay cuestionamientos en el control de calidad y compramos lo que dice el empaque sin poder comprobar su veracidad; ahora, las bolsas de un kilo de frijoles, pueden ser de 900 gramos.
Lo más llamativo es que quienes abordan el asunto de la seguridad alimentaria dan la impresión de no querer señalar a los responsables, aquellos que establecieron las condiciones que tanto daño han causado al país. Salen a la prensa como voceros del Gobierno de turno con absurdos argumentos; son los anda ve y dile de siempre, que buscan algún protagonismo, pero sin atreverse a mencionar que la seguridad alimentaria comenzó a perderse en 1980.
La gran mayoría de consumidores nunca tuvieron ocasión de enterarse de lo que era el Consejo Nacional de Producción (CNP). Este fue para garantizar la seguridad alimentaria en todo el territorio nacional, manteniendo precios estables al alcance del poder de compra de los consumidores. Con una estructura instalada en todo el país, era capaz de proporcionar asistencia técnica, semillas y con agencias de compra directa operadas por funcionarios de la institución.
Comercializando un escaso 15 por ciento de las ventas en los más de 180 estancos, se podía mantener la estabilización de precios. A esto se opusieron los comerciantes de abarrotes desde su creación, pues era un escollo en su afán de lucro.
Comienza la inseguridad alimentaria
Si queremos tener una idea más clara de cómo llegamos al caos actual, es necesario saber cual era la situación y rendimiento del “agro nacional” hasta al inicio de los ochentas, cuando todavía era un sector capaz de producir alimentos para abastecer el consumo nacional.
El CNP mantuvo su rol hasta el inicio de los 80, cuando se desata la crisis mundial por la avaricia de los productores de petróleo. Este contexto fue aprovechado por los entes financieros internacionales para obligar a los países a firmar las imposiciones de los programas de “ajuste estructural”.
En los ochentas, los mismos “programas de ajuste” que el gobierno de Carazo había rechazado, fueron asumidos por las siguientes administraciones. Al aceptar estos compromisos, Costa Rica, se queda sin “programa de Gobierno”, porque las políticas económicas obedecen las directrices de los entes financieros internacionales.
Empiezan a reducirse las aéreas de cultivo; mucha gente por falta de estímulo para producir, vende sus tierras y emigra a las zonas urbanas, lo que provoca una menor producción, pese a la mayor demanda. Los precios de los alimentos están “a la libre”, lo cual permite a los comerciantes aumentar los precios cada vez que les da la gana.
El debilitamiento paulatino del CNP impacta en la seguridad alimentaria, y especialmente a las familias de menos recursos. Consumir los alimentos para una dieta balanceada se ha convertido en un lujo que más de un millón de personas no puede pagar.
Con este panorama, resulta controversial y hasta antojadizo oír a los voceros del gobierno hablar de seguridad alimentaria ¿Cuál seguridad alimentaria?