Entrelíneas
Entre el cuerpo y la mente
Silvia Monturiol F. |
No es de extrañar la actitud que manifiestan muchos médicos de ignorar la condición de “humanidad” del paciente. En las facultades de Medicina se promueve que el papel del médico es tratar las enfermedades. “La rigurosa separación que Descartes hizo entre mente y cuerpo llevó a los médicos a concentrarse en la máquina del cuerpo y a olvidar los aspectos psicológicos, sociales y ambientales de la enfermedad”, subraya Fritjof Capra en su libro El punto crucial.
Superar este modelo biomédico, que reduce el “estar enfermo” a la enfermedad, distanciando así al médico de la persona, no parece fácil ¡Hasta los padecimientos mentales son tratados por los psiquiatras como si fueran orgánicos! Igual recetan fármacos para aliviar los síntomas en vez de indagar en sus causas.
Además, si los médicos recurren a fármacos y tecnología, con lo que queda demostrado que tratan únicamente esa “parte” del cuerpo “defectuosa”, los pacientes no actúan en forma muy distinta: ellos no salen satisfechos del consultorio médico sin una receta en la mano. Sin embargo, pareciera haber esperanza. Esos “males de la civilización” (padecimientos cardiacos, cáncer, diabetes, hipertensión, obesidad, entre otros) están activando la alarma. Hoy es sabido que estos males están vinculados al estrés, la alimentación basada en grasas, el abuso de drogas, la vida sedentaria y la contaminación ambiental, en fin, a una mayor crisis cultural y social. No por casualidad han surgido un sinnúmero de propuestas para motivar a la gente a llevar una “vida saludable”. Por supuesto, en muchos casos, incluso aquí sigue imperando la visión mecanicista centrada en lo material y en el consumo: se “venden” estilos de vida saludable .
Pero independientemente de la intención, lo importante es que desde algunos “flancos” se impulsa el punto de vista holístico, que percibe las enfermedades físicas como manifestaciones de un desequilibrio básico del organismo.
El proceso, sin embargo, se prevé lento, especialmente si la superación del modelo biológico implica un cambio de paradigma, en el cual la toma de conciencia sobre la integración y complementariedad de cuerpo y mente es esencial.