Epidemia de violencia infantil contagia al país
Aumenta 600% los casos de violencia infantil en últimos tres años
Margie Villagra para CAMPUS
margie.francela@gmail.com
Campaña “No más lágrimas” alerta a la población con datos relevantes, ante el aumento de la violencia infantil en últimos tres años.
Desde el año 2007 Costa Rica ha presentado un aumento de un 600% en casos de violencia infantil. Según el Hospital Nacional de Niños (HNN), en los primeros seis meses de 2010 se reportaron 858 niños agredidos (4.6 niños por día), lo cual representa el 21.5% de la población infantil nacional. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que se está ante un caso de epidemia cuando el fenómeno afecta a 10 de cada 1.000 habitantes. Costa Rica supera las cifras ya que el Hospital Nacional de Niños recibe cerca de 1.000 niños agredidos por año; además, se estima que, por cada caso reportado en el HNN, se dan 10 casos más que nunca llegan a ser denunciados. Por esta razón, desde el pasado 19 de enero de 2011, el Hospital Nacional de Niños declaró un estado de epidemia nacional: la E.V.I (Epidemia de Violencia Infantil), apoyado por la agencia de publicidad MaCann Ericksson, con el objetivo de llamar la atención del Estado, instituciones gubernamentales, no gubernamentales y empresas privadas para concienciar a la población. Para la especialista Ana Virginia Murillo H., presidenta de la Defensa de Niños y Niñas Internacional (sección Costa Rica), el maltrato a los niños y las niñas es un grave problema social, con raíces culturales y psicológicas, que puede producirse en familias de cualquier nivel económico y educativo, violentando los derechos fundamentales de las personas menores de edad. Además, valora la campaña como la oportunidad de que se declare en Costa Rica la agresión como epidemia pero más fuerte. “Debemos exigir que se declare la Violencia hacia los niños, niñas y adolescentes como un asunto de Prioridad Nacional de urgencia nacional”, expresó. Preocupación de expertos Según datos del Instituto de Estudios Sociales en Población de la Universidad Nacional (IDESPO-UNA), en el estudio Percepciones de la ciudadanía costarricense sobre la niñez, realizado en el 2004, se encontró que alrededor del 28% de las personas entrevistadas (muestreo de 600 personas) acostumbraba pegarles a niños y niñas, de los cuales el 94% manifestó que lo hacían de vez en cuando. Además, el 57.7% afirmó que cuando los niños o niñas desesperan a los padres, por razones de cansancio, prisa u obediencia, “dan ganas de pegarles”, mientras que el 30.2% asegura conocer en sus comunidades a niños que son castigados físicamente por sus padres y madres. Los especialistas afirman que los padres acostumbran castigar a los hijos como primera reacción para moldear su comportamiento. Esto incrementa más la espiral de la violencia vivida en los hogares, comunidades y centros educativos. Según Murillo, la violencia está sustentada en el mal manejo del poder. Considera que es necesario trabajar en las relaciones de convivencia armoniosa, en todos los escenarios de socialización, pues trabajar en las relaciones de respeto no significa que se les quite la autoridad a los encargados. “Creemos que existe temores, pues se piensa que reconocerle los derechos humanos a los niños, niñas y adolescentes es quitarles los roles que tienen los adultos con esta población. Igualmente, muchos niños piensan que los derechos les dan poderes y tampoco es así”, aseveró. Con el propósito de propiciar la educación de los padres de familia, el Centro de Cultura de la Academia de Crianza del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) ofrece cada miércoles una asistencia a esta población. Actualmente, asisten un promedio de 85 personas a terapias con psicólogos, quienes se enfocan, durante ocho secciones, en la recuperación de los padres que tienen problemas de carácter y en la forma que aplican su forma de corrección hacia sus hijos. Hay muchas personas que no tienen problemas con el PANI, pero asisten a terapias para mejorar como padres de familia. Falta de controles Hay órganos gubernamentales que, por la cobertura y forma como laboran, no parecen atender con eficacia el problema. El PANI es una de estas instituciones, pues si bien cuenta con 41 sedes regionales en servicio, los días laborales después de las 4 p.m. y durante los fines de semana las denuncias las atiende el Departamento de de Atención Integral (DAI) del Patronato; sin embargo, esta atención solo cubre a 11 de los 81 cantones, con el agravante de dejar desprotegidos a niños cuyas vidas se encuentran en riesgo por abusos sexuales, físicos y psicológicos. En los primeros cuatro meses de 2010, vecinos y familiares reportaron 9.200 denuncias por maltrato infantil al servicio 911, mientras que el HNN atendió 469 casos de abuso. Si bien se ha advertido que esta tendencia a la violencia también se está desatando a nivel mundial, Murillo considera penosa la situación de Costa Rica. “La agresión infantil es un problema social que se ha perpetuado a través de la historia de la humanidad y Costa Rica no escapa a ello, pero sí es realmente escandalosa la situación para un país que constantemente en foros internacionales presume de ser respetuoso a los derechos humanos”, concluyó.