Hacia el ser humano con visión integral
“Es volver y retornar a la vida cotidiana, a la tierra de la que venimos y cómo podemos estar al servicio de esa comunidad con mejores herramientas”.Johnny Núñez/CAMPUS
jnunez@una.cr
El Congreso Humanístico cerró con la presentación artística de estudiantes del Centro de Estudios Generales. |
Cerutti, Doctor Honoris Causa por la Universidad Ricardo Palma de Lima, Perú, “por sus contribuciones para el desarrollo de una filosofía humanista latinoamericana”, agregó que antes de ubicar al humanismo en el siglo XXI debemos irnos al siglo XX para comprender que hubo una cierta utilización del humanismo como una especie de prédica moralista muy linda de que hay que portarse bien y ser muy bueno, mientras que en la realidad concreta, efectiva y cotidiana lo que se seguía haciendo era utilizar a la gente como si fueran objetos.
“Claro eso tiene que ver con el contexto del sistema en el que estamos metidos, en donde tanto como puedes comprar tanto vales y si no puedes comprar pues nada vales. Creo que eso es una situación verdaderamente gravísima de la humanidad en general y a eso se ha sumado el desprecio a sectores sociales, geográficos, étnicos, sectores de clase y sexuales, entre otros, que los van dividiendo y ninguneando y despreciando de una manera muy fuerte”, destacó Cerutti.
Por los derechos
Este filósofo, catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desde 1982, explicó que en el siglo XXI lo que surge, no por buena voluntad, sino por la rebelión, indignación, organización, protesta y por la resistencia es la búsqueda de que se hagan efectivos los derechos, y así poco a poco se podría hablar de un humanismo que merezca el nombre de un humanismo más humano.
Cerutti, autor de varios libros, entre ellos: Democracia e integración en Nuestra América (Ensayos), Filosofar desde Nuestra América e Historia de las ideas latinoamericanas ¿disciplina fenecida? en colaboración con Mario Magallón Anaya, entre otros, destacó que quienes entran a la universidad salen inmediatamente afuera de nuevo para ver qué es lo que está pasando alrededor, con una actitud respetuosa de asimilación y aprendizaje.
“Creo que ese punto es un punto neurálgico, porque sino los jóvenes entran a la academia se encierran y después se sienten una élite iluminada y maravillosa, entonces hay que romper con esa idea de que venís aquí para hacerte muy importante y después te vas separando cada vez más del lugar de origen. Todo lo contrario, es volver y retornar a la vida cotidiana, a la tierra de que la venimos y cómo podemos estar al servicio de esa comunidad con mejores herramientas”, enfatizó Cerutti.
Humanistas por vocación El Centro de Estudios Generales (CEG) de la UNA organizó el IV Congreso Internacional de Humanistas bajo el tema: “El Humanismo en el siglo XXI, hacia una construcción de la participación ciudadana y su compromiso social”, el cual contó con la participación de docentes del CEG, el Colegio Humanístico de la UNA, académicos de la sede regional Brunca, autoridades universitarias, profesores de la UNAN de Nicaragua, entre otros. Al respecto, Enrique Mata, decano del CEG-UNA, comentó que en la actualidad se ha iniciado un cambio hacia un humanismo más integral que no solo se centre en ser humano, sino que esté unido a otros elementos importantes como lo es la problemática ambiental. “Queremos fomentar en los jóvenes un humanismo más solidario, crítico y propositivo. Hacia una pedagogía que transforme al individuo tanto externa como interiormente. Ante el contexto actual debemos apostar por un humanismo de acción, mucho más activo, el cual responda de forma ágil a los problemas que afronta el ser humano”, destacó Mata. Miguel Calderón, catedrático de la sede Brunca, aseveró que desde el punto de vista educativo al docente le corresponde humanizar el proceso de vida de las personas, para que a través del proceso pedagógico los estudiantes puedan compartir con las comunidades. “En el siglo XXI debemos recuperar el capital cultural; es decir, el desarrollo integral del ser humano, no como una fuerza de trabajo, sino como una persona que deba vivir, desarrollarse y proyectarse de una forma integral. Debemos romper con el paradigma del tecnicismo humano que únicamente alimenta al capitalismo y volver a la esencia del ser humano que está en cada una de las personas para desarrollar la sociedad”. Zaida Fonseca, académica del CEG, resaltó que el humanismo debe seguir apuntando hacia el rescate del ser humano y de los valores más importantes que le permitan vivir en un ambiente de convivencia y de relación armónica entre las personas, así como a nivel interno y en relación con todo el cosmos. “En este siglo XXI el humanismo debe enfocarse en ese ser humano de carne y hueso, no el ser humano teórico, ya que uno de los valores más importantes en el contexto actual es el respeto a la diversidad, a aquellas llamadas minorías que poco a poco han tomado su lugar en la sociedad”. Miguel Barahona, académico del CEG, indicó que el humanismo en la época contemporánea debe tener un carácter crítico y de reivindicación de las necesidades esenciales del ser humano en un periodo de muy intensa deshumanización. “Se han perdido los espacios para que los seres humanos nos podamos realizar y esto debido al auge de los tres males esenciales de la modernización: mercantilismo, tecnologismo a ultranza y el consumismo. Sobre estos ejes se avanza hacia un proyecto anticivilizatorio que únicamente favorece la expansión del capitalismo en el siglo XXI”. |