La UNA se mira en su propio espejo
Víctor J. Barrantes C. / CAMPUSvictorbarra@una.ac.cr
Once años después de haberlo intentado, en un III Congreso que no llegó a finalizar al perder el quórum, 676 integrantes de la comunidad universitaria asumirán esta vez el reto de buscar consensos y lograr acuerdos que promuevan el cambio, o bien, ponderar si lo mejor es dejar intacto el Estatuto Orgánico actual. Se abre así una oportunidad para mejorar en temas clave, como por ejemplo, en rendición de cuentas, desconcentración y delegación de funciones, entre otros, que ha detectado la misma comunidad universitaria.
Para este IV Congreso Universitario, el movimiento estudiantil inscribió casi el 90% de sus representantes (239 de 266), los académicos 210 integrantes y los administrativos 227 miembros. Se superó en más de un 100% el mínimo que establece el Estatuto Orgánico actual, en su artículo 20, para constituir esta instancia, al alcanzarse el 40% de la actual Asamblea Universitaria.
Las cifras anteriores, según Hernán Alvarado, coordinador de la Comisión Organizadora, revelan que “esta Universidad puede estar orgullosa de su reserva ética”, si se considera “el resultado frustrante del III Congreso, el malestar de muchos con el rumbo que han tomado las cosas, la desconfianza imperante, la transición generacional que atravesamos desde hace años, así como las múltiples señales de pasividad, anomia y apatía, por un lado, y de cruda conflictividad por el otro; además de los pocos recursos con que hemos contado en lo relativo a comunicación”.
Un congreso, recordó, “no es para ir a defender intereses parciales, sean estos personales, de grupo, de estamento o de unidad académica. Vamos a debatir sobre lo mejor para la institución, lo que de verdad se puede considerar el bien común, lo que de verdad nos conviene a todos como comunidad”.
¿Quiénes participan? Según el artículo 20 del Estatuto Orgánico vigente, para constituir el Congreso se requiere la inscripción de al menos el 20 % de los miembros de la Asamblea Universitaria. Son integrantes de esta Asamblea Universitaria los miembros del Consejo Universitario, del Gabinete del Rector, del Consejo Académico y del Consejo de Servicios Comunes; los directores de área de la Vicerrectoría Académica, los vicedecanos y los directores de unidades académicas y secciones regionales; todos los académicos en propiedad; la representación estudiantil correspondiente al 25% del total de los integrantes de la Asamblea Universitaria y la representación administrativa con base en el voto universal y ponderado, correspondiente al 15% del total de los integrantes de la Asamblea. |
Alvarado valoró positivamente la constitución de la Asamblea Universitaria, por ser el Congreso Universitario la instancia más democrática que previó el Estatuto Orgánico actual. “Después de la experiencia del III Congreso, que se propuso la meta de realizar la segunda reforma general estatutaria, hace más de 10 años, la Universidad había perdido el camino, no había encontrado el motivo y la vía para volver a reunirse bajo la forma de un congreso. Si hoy lo hemos logrado, después de tantos esfuerzos, es gracias a la voluntad y colaboración de las personas que, con diversos puntos de vista, están dispuestas a sentarse a dialogar sobre el futuro de nuestra institución”, indicó.
De hecho, para que este congreso fuera posible, se debieron ampliar los períodos de cierre de inscripción de participantes, particularmente para los estudiantes, quienes afrontan dificultades de organización en la actual coyuntura, así como para la presentación de ponencias de los tres estamentos (académicos, administrativos y estudiantes).
Otros logros
Varios son los logros de la institución previos a la realización de su IV Congreso Universitario. Uno de ellos ha sido el haber unido a un grupo de estudiantes que, en medio de sus diferencias, se constituyó ahora en la mayor representación, y el hecho de haber motivado la participación activa de la comunidad universitaria, lo cual confirman 90 ponencias presentadas para mejorar o cambiar la propuesta de reforma del Estatuto Orgánico que servirá de base para la discusión.
“El diálogo es el corazón de nuestra acción sustantiva y este solamente es posible en cuanto se trata de puntos de vista divergentes. Tantas ponencias registradas significa que esta Universidad tiene sed de diálogo y necesidad de decidir sobre cosas grandes y pequeñas, significa que hay voluntad de cambio”, indicó Alvarado.
La expectativa, además de generar el diálogo universitario alrededor de la reforma general estatutaria, es obtener un acuerdo sobre el proyecto que deberá conocer, en un segundo momento, la Asamblea de Representantes y aprobar o no, posteriormente, la Asamblea Universitaria.
Si bien el anteproyecto de reforma ha cumplido con su objetivo de llevar a cabo la convocatoria del IV Congreso y motivar la participación, Alvarado reconoció que también “ha forzado una reacción de quienes perciben sus riesgos” y, por tanto, han cuestionado la propuesta. Sin embargo, aclara que eso mismo “nos ha ayudado a determinar aquello en lo que podemos estar de acuerdo, tanto como los temas en que puede que no lo estemos”.
La fase de sesiones plenarias del IV Congreso Universitario se realizará en el gimnasio de Promoción Estudiantil de la UNA, ubicado frente al CIDE. Si bien en estas sesiones participarán solo los miembros de la Asamblea Universitaria que se inscribieron, quienes no lo hicieron podrán darle seguimiento en directo a través del sistema videostreaming.
La mesa está servida, ¡que arranque el diálogo!
Una larga ruta
Desde el III Congreso existe una voluntad expresa de la comunidad universitaria para reformar nuestro actual Estatuto. El IV Congreso abre ahora esa oportunidad. |
En cuanto al problema, hay un amplio consenso: tenemos un estatuto reglamentista y un marco jurídico rígido, que favorece la concentración de las decisiones y la burocracia, débil en cuanto a la rendición de cuentas. |
En lo que hay más divergencias es en el tema de estructura institucional, en buena medida, por la naturaleza especial de nuestra organización, que implica una estructura híbrida. |
La primera reforma general estatutaria se logró en 1993. ¿Lograremos la segunda en el 2013? ¿Cuántos años nos tomará la tercera? |
Participantes inscritos en los últimos dos congresos |
Algunos de los temas más polémicos obligarán a los congresistas a estudiar muy bien tanto la propuesta de anteproyecto, como las más de 80 ponencias que se han presentado, entre las cuales se encuentra una propuesta alternativa. |