Matemática montaña adentro
Un proyecto de la Universidad Nacional pretende integrar la enseñanza de la Matemática con la realidad de las y los estudiantes de la región de Talamanca, mediante la Etnomatemática.Gerardo Zamora B / CAMPUS
gzamorab@una.cr
El sueño tiene madre. Vive a más de 300 kilómetros, en Sarapiquí. Es la académica e investigadora Ana Patricia Vásquez, especialista en Etnomatemática del Campus Sarapiquí. Periódicamente, un equipo de profesionales en distintas ramas, liderados por Vásquez, incursiona al cantón limonense de Talamanca para enseñar Matemática.
Un rancho de aula
Instalados en ranchos, este grupo de universitarios capacitan a más de 20 profesores de Matemática de la zona, tanto de comunidades bribris como cabécares. Es el proyecto Construcción de obras didácticas contextualizadas: “la idea es elaborar los materiales y unidades didácticas contextualizadas, para estudiantes de sétimo a noveno año. Es un material creativo, adaptado a su realidad. La Etnomatemática integra aspectos socioculturales, históricos y antropológicos del conocimiento indígena”, afirma Ana Patricia Vásquez.
Las personas encargadas del proyecto hablan de ajustar el lenguaje y los contenidos de la enseñanza de la Matemática a la cotidianidad indígena. De ahora en adelante, los problemas de cálculo tratarían de plátanos, ganado y gallinas. Quizás el aprendizaje de distancias tenga que ver con su entorno, sus pueblos, sus ríos. Es posible que la geometría plantee situaciones relacionadas a la construcción de sus viviendas.
En palabras de Ana Rebeca Cabraca, indígena bribri y miembro del equipo pedagógico del Ministerio de Educación Pública (MEP): “los profesores están convencidos que una forma apropiada de trabajar la Matemática es desde la construcción de los ranchos cónicos; el estudiante ahora puede entender la geometría de manera aplicada, eso es la Etnomatemática”.
Las y los docentes que hoy se capacitan reconocen el atractivo de la nueva metodología. “Un buen ejemplo es la geometría aplicada a la artesanía, a la elaboración de canastos, hay elementos geométricos de espacio y dimensión”, agregó Cabraca.
Derribando mitos
En un rancho de bambú, en Talamanca, se capacitan 20 docentes bribris y cabécares que se benefician del proyecto de la UNA. |
El segundo reto es el cultural, en una región históricamente relegada, con su distanciamiento geográfico, su aislamiento económico y político. Los últimos estudios siguen ubicando a Talamanca como uno de los cantones más desfavorecidos. Particularmente en el tema de desarrollo humano, durante el 2011, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lo coloca en el penúltimo puesto entre 81 cantones, solo por encima de Alajuelita. El PNUD calcula el Índice de Desarrollo Humano (IDH), tomando en cuenta tres componentes: salud, educación e ingresos.
Según los gestores del proyecto Construcción de obras didácticas contextualizadas, este es una forma de romper con ese abandono, reivindicando su pasado: “el proyecto de la UNA me ha servido personalmente. Por muchos años, yo he luchado por conservar la cultura, lo ancestral, y esta capacitación es importante, porque nos permite no olvidar nuestra historia, nuestras costumbres, nuestra cosmovisión, nuestra lengua. Sabemos que el proceso va a ser gradual”, asegura orgulloso de su sangre, Aurelio Selles, profesor indígena de Matemática de la comunidad de Amubri.
A mitad del río
El optimismo es un río que suena por toda Talamanca. Para quienes lideran el proyecto, adaptar los números y fórmulas matemáticas a la realidad indígena es escuchar sus voces, por décadas olvidadas: “este proyecto es de máxima relevancia, es una forma de atender las necesidades de los estudiantes y su visión de mundo, la idea es que ellos puedan entender conceptos desde su propia realidad, conceptos que abstractamente no entienden, pero si los construyen de la mano del docente los van a ir interiorizando”, reafirmó Domingo Morales.
Sin embargo, las capacitaciones y talleres apenas dan sus primeros pasos, pues arrancaron este año y se espera que se prolonguen hasta el 2015. El proyecto es ejecutado por un equipo multidisciplinario de la Universidad Nacional, la Dirección Regional de Educación SuLá de Talamanca y respetados maestros de lengua y cultura del Territorio Indígena Talamanca Bribri-Cabécar.
Este esfuerzo académico es una respuesta a la nueva Política Educativa promulgada en el 2008, en la que se precisa una visión de la educación costarricense, dentro de un marco de respeto por la diversidad cultural y étnica.