Mujeres pagan “peaje” por incorporación en política
Aunque valoran positivamente la incorporación de la mujer en la política, los costarricenses mantienen patrones machistas que obstaculizan la participación femenina en este ámbito, según encuesta del IDESPO. Silvia Monturiol F. /CAMPUS
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Anamaría Hernández, investigadora de IDESPO-UNA |
Así, con una gran carga de culpa sobre su conciencia, inicia el camino en la política para muchas mujeres en el país, como lo relataron participantes en talleres y grupos focales, realizados en el marco del programa Umbral Político del Instituto de Estudios Sociales en Población (IDESPO).
Ellas dieron cuenta de que el primer obstáculo en su carrera política lo tienen en su casa, donde los reclamos se convierten en censura ante lo que se considera la “osadía” de desatender su primera responsabilidad, que supuestamente es lo doméstico, para meterse en algo que “no les toca”, como la política.
Sin embargo, esa realidad que enfrentan muchas mujeres aspirantes a cargos públicos es ignorada por los costarricenses, según revela la encuesta “Percepción sobre algunos aspectos de las culturas políticas en Costa Rica”, efectuada telefónicamente por el mismo programa del IDESPO, entre el 7 y el 19 de octubre de 2013, a una muestra de 800 personas. Con un nivel de confianza del 95% y un margen de error de 3,5%, el estudio incluyó un módulo dedicado a la participación política de la mujer, donde una mayoría de la población consultada (60,9%) manifestó estar en desacuerdo o totalmente en desacuerdo en que las labores domésticas y de cuido obstaculicen la participación femenina en la política.
“Hay una idea de que como ahora hay más mujeres participando en política, entonces hay igualdad, pero mientras permanezca la división sexual del trabajo a ellas se les va a seguir dificultando la incorporación a la política”, afirma la socióloga Anamaría Hernández, investigadora a cargo del estudio.
Incorporación condicionada
La población costarricense exige más a las mujeres políticas que a sus similares hombres, según una encuesta de IDESPO-UNA.(Foto con fines ilustrativos) |
Mayoritariamente (82,7%), los encuestados sostienen que el país se beneficia con que las mujeres ocupen puestos políticos fundamentalmente porque “son capaces y tienen buenas ideas” (33,4%) y “cuentan con características específicas distintas a las de los hombres” (32%).
Ante la pregunta ¿qué espera de las mujeres que asumen puestos políticos?, las características más mencionadas por las personas entrevistadas son “que no sean corruptas y ejerzan con honestidad y transparencia” (10,6%) y “que mejoren la situación” (7,2%). Para la investigadora Hernández, pareciera que la población espera que las mujeres –“esencialmente buenas” según la visión patriarcal de feminidad– entrarían a “salvar” la política, percibida como “sucia y corrupta”.
También, se tiene la expectativa de que las mujeres políticas trabajen en defensa de los derechos y la satisfacción de las necesidades de la población en general y de los sectores vulnerables.
Así lo confirman quienes consideran que hay una forma femenina de hacer política (29,5%), cuando exponen las razones de su respuesta: “las mujeres son más humanas, sensibles y piensan siempre en los demás” (17,7%), “son maternales y protectoras (15,8%).
La investigadora admite que de la encuesta se infiere que los costarricenses quieren mujeres en la política; sin embargo, les ponen condiciones: “esperan que la mujer política actúe como una mamá en una casa grande que es el país”.
El precio del poder femenino
Y si hay sobreexigencia a las mujeres políticas para que sean mejores que los hombres, también a ellas se les cobra más caro si se considera que no cumplen con lo esperado.
No es casual que la mayoría de las personas consultadas (72,4%) no crea posible que en Costa Rica vuelva a haber pronto una mujer presidenta, basadas en su percepción de que la presidenta Laura Chinchilla lo ha hecho mal. Esta visión, según Anamaría Hernández, evidencia que la sociedad costarricense sigue marcada por el enfoque patriarcal, ya que no se piensa lo mismo respecto a los hombres gobernantes, aunque hayan realizado un mal gobierno. “Parece haber de fondo la idea de que el hecho que tuviéramos una mujer presidenta hubiese sido una concesión, un paréntesis, y que después de este se sigue con la normalidad”.
Camino por recorrer
Al aprobarse en el país el voto femenino, Ángela Acuña Braun, pionera en la lucha por los derechos de las mujeres, dijo que “la lucha apenas empieza”, según refirió Yensy Herrera, del Instituto Nacional de la Mujer (INAMU), durante el foro “Mujeres en el poder: un análisis de género”, organizado por el programa Pensamiento Social Alternativo de la Facultad de Ciencias Sociales, el pasado 10 de marzo, en el marco del Día Internacional de la Mujer. Hoy, a pesar de los avances en la incorporación femenina en diferentes campos, la lucha por la efectiva aplicación de los derechos de las mujeres continua. Así lo reconoció Ana Helena Chacón, candidata a la vicepresidencia de la República por el Partido Acción Ciudadana (PAC), quien narró las resistencias enfrentadas en su camino como política principalmente en el Viceministerio de Seguridad Pública . Yency Herrera, Anamaría Hernández, coordinadora de Pensamiento Social Alternativo, y Ana Lorena Camacho de la O, subdirectora de la Escuela de Sociología, coincidieron en que aún queda mucho camino por recorrer. |