Protagonistas de la conservación
El Instituto Internacional de Conservación y Manejo de Vida Silvestre de la UNA (ICOMVIS) concluyó un taller sobre monitoreo biológico, impartido a 28 guardaparques del Área de Conservación Guanacaste.Laura Ortiz C./ CAMPUS
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Jairo Fernández es uno de los 28 guardaparques capacitados por el ICOMVIS-UNA para el monitoreo de especies silvestres. |
“Esta es una experiencia única en América Latina, que permite mediante la recolección de datos por parte de los guardaparques, tener un monitoreo biológico que genere poder para tomar decisiones dentro del área protegida”, manifestó Luis Diego Alfaro, investigador del Programa Jaguar del ICOMVIS-UNA.
En un primer taller, se facilitaron los conocimientos teóricos y, luego, los funcionarios definieron los puntos de monitoreo por criterios como la frecuencia de avistamientos, la facilidad de observar rastros y la longitud del sendero.
“Un aspecto determinante para el éxito de este tipo de monitoreo biológico participativo es la disposición de los funcionarios, cuya motivación nos garantiza que el proceso se seguirá llevando a cabo como parte de sus labores cotidianas”, explicó Carolina Sáenz, coordinadora del programa Jaguar del ICOMVIS-UNA.
Para Carlos Morera, vicerrector de Investigación de la UNA, la conservación de las áreas protegidas representa un gran reto para el país. “La gran relevancia que tienen hoy las áreas protegidas no nos garantiza su existencia en el futuro; para su conservación necesitamos de una ciencia en diálogo, en la que los distintos saberes converjan al rescate de nuestro patrimonio ambiental”.
“Este tipo de alianzas con la academia, sin duda, es fundamental para las áreas de conservación; lo que aprendimos será parte, de hoy en delante, de nuestras labores en el campo”, concluyó Roger Blanco, coordinador del Área de Investigación del Área de Conservación Guanacaste.
Monitoreo
Esta capacitación se enmarca dentro de las acciones del proyecto “Conservación del jaguar y sus presas en el paisaje rural del bosque seco tropical”, que desarrolla el ICOMVIS-UNA en conjunto con la Escuela de Medicina Veterinaria de la UNA, en el Área de Conservación Guanacaste.
Este pretende, estimar la densidad del jaguar y el índice de abundancia de sus presas. “Se harán campañas de captura y marcaje, perfiles de salud y monitoreo, a través de telemetría satelital, que pretenden impactar positivamente a poblaciones de jaguar y chancho de monte”, explicó Víctor Montalvo, investigador del programa Jaguar del ICOMVIS-UNA.
Como parte de la estrategia de conservación de las especies silvestres, es necesario contar con valores de referencia fisiológicos que nos ayuden a determinar el estado de salud de las poblaciones. “Es importante determinar qué agentes infecciosos están actuando en el medio y su repercusión directa e indirecta en las diferentes poblaciones de animales, eso nos ayudará en la toma de decisiones para los diferentes proyectos relacionados con la conservación”, detalló Alfaro.
Resguardo
En 1973, el jaguar fue incluido en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), ya que el comercio de su piel estaba llevando las poblaciones al declive mundial.
Costa Rica no es una excepción, y las poblaciones también han sufrido por la intervención del ser humano. Entre 1985 y 1998, los investigadores del ICOMVIS-UNA reportaban la pérdida de 44 jaguares por problemas con finqueros.
Los estudios sobre el chancho de monte son más recientes, y de acuerdo con Alfaro, esta es una especie incluida en Apéndice II de CITES, apreciada por su carne y, por lo tanto, fuertemente sometida a cacería. “Las poblaciones vienen desapareciendo drásticamente en los últimos 20 años, y la pérdida de bosques primarios es la otra causa que amenaza su subsistencia”.
Además de compartir su condición de especies amenazadas, están ligadas en la relación predador-presa. “Numerosos estudios han demostrado la importancia del chancho de monte en la dieta del jaguar; si estos disminuyen, los jaguares también están en peligro”, detalló Alfaro.
Tecnología de punta
El seguimiento de individuos se realiza a través de la telemetría satelital, que consiste en el uso de ultraalta frecuencia (UHF por sus siglas en inglés) con radio transmisores colocados en los animales. “Luego, los animales se localizan con ayuda de satélites que orbitan alrededor de la Tierra y que envían la señal a los transmisores, que nos pueden dar datos como altitud, temperatura y actividad del animal”, explicó Víctor Montalvo, investigador del Programa Jaguar del ICOMVIS-UNA. |