Justicia pronta y cumplida
Christian Arce HidalgoEstudiante Sociología
Sergio Ugalde Miranda
Estudiante Maestría en Bioética
Roberto Mata Mata
Estudiante Informática
Sin silencios y sin temores evidenciamos a toda la comunidad universitaria sobre hechos que actualmente aquejan; para nadie es secreto que recién dentro de la Universidad se ha usurpado la autonomía y el quehacer estudiantil, usurpación que se está cometiendo contra estudiantes, académicos y administrativos que han denunciado la violencia, corrupción y represión institucionalizada, como la acontecida desde la celebración del 40 aniversario.
Se ha sabido que una funcionaria de las autoridades, quien ha hecho una labor de acoso y hostigamiento; no solo a académicos, sino también a estudiantes en distintas unidades académicas (recuerden los expedientes con perfiles de Facebook), lo que ha permitido así que la represión sea de manera clara y directa contra personas que a la fecha han luchado por una universidad pública, autónoma e inclusiva.
Se están llevando una serie de procesos disciplinarios arbitrarios y “seleccionados” contra estudiantes partícipes de diversos actos de protesta y denuncia, situación que se ha prestado para amedrentar y perseguir de forma inquisidora, sin mayor fundamento que el de pensar diferente o el de decir: ¡no más!; señalamos que el régimen disciplinario actual y el que está en negociación con el Consejo Universitario es un arma que atenta contra los derechos y la autonomía; con absurdos tales como la penalización a la libre expresión, el uso del graffiti como medio de protesta, el ingreso al campus de la fuerza pública, la libre organización o a la denuncia pública de irregularidades con pruebas en mano y, entre otras, legitimando el autoritarismo que gobierna desde el “otro lado de la calle” a nuestro campus universitario.
Esto es tan grave que hasta quienes se jactan de ser representantes estudiantiles han dado la espalda “a costa de privilegios” para tratar de tapar su propia “sinvergüenzada”; sin duda han traicionado y hasta han sido partícipes activos de actos de persecución.
La incapacidad política del Directorio de Estudiantes (DEUNA) para representar, preservar y defender los derechos estudiantiles ha desbordado lo soportable. Esto exige tomar acciones y despertar del letargo.
Se debe llamar la atención sobre lo que se pierde, porque no se trata solamente de expulsar estudiantes o dejar de nombrar (despedir) funcionarios, sino que estamos ante la pérdida de derechos fundamentales logrados históricamente, que en otros tiempos costó años de lucha, sudor, sangre y vidas.
Se apela a la sensibilidad de las bases estudiantiles y universitarias para despertar de la hipocresía institucional (como en los casos de la Rectoría o maestrías con procesos judiciales actualmente abiertos) y para que de una vez por todas nos apoderemos de nuestros derechos y le pongamos un fin a la corrupción, la injusticia, la impunidad y al hostigamiento.
Será la historia quien reclame la responsabilidad de haber velado por la lucha y el cuido de una verdadera justicia pronta y cumplida.