HEMS se proyecta en zona roja josefina
Johnny Núñez/CAMPUSjnunez@una.cr
Tal es el acercamiento entre la comunidad capitalina, los especialistas de HEMS-UNA y del Proyecto Perros de la Calle, que además de atender mascotas comparten hasta el almuerzo con los vecinos, tengan o no animales. |
Mauricio Jiménez, director de HEMS-UNA, indicó que la zona roja es un área capitalina en donde indigentes, drogadictos, familias e infantes, así como otros grupos sociales con alta vulnerabilidad, conviven con perros en situación de abandono. Esto incrementa sensiblemente las condiciones de riesgo en diversos aspectos de salud pública.
“El trabajo coordinado con Rosa y Francisco Sanlee, del proyecto “Perros de la calle”, nos da la oportunidad a docentes y estudiantes de entrar en contacto con una realidad que muchas veces se desconoce o se evade. Ahí se encuentran seres humanos que casi toda su vida la han pasado en las calles; jóvenes que no han tenido otra opción más que sobrevivir en esas condiciones, formando parte de grupos sociales cuya principal preocupación es la de evitar que hoy sea su último día”, comentó Jiménez.
Ni un paso atrás
Destacó que los pobladores de ese sector de la capital confían en estos funcionarios y en su campaña, ya que su misión no es interrumpida pese a las precarias condiciones de trabajo, en medio de los malos olores, conflictos entre grupos o familias, pleitos de perros y muchas otras dificultades.
Por ejemplo, en la última jornada de castración el hospital móvil fue derribado fuertes vientos mientras se realizaban procedimientos quirúrgicos; de inmediato el resto del equipo que no estaba en las labores médicas lo levantó de nuevo para que las condiciones de espacio volvieran a ser las indicadas.
“Rodeados de tantísimas carencias, hacemos realidad uno de los más importantes nortes de la Universidad Nacional: su compromiso con los sectores más necesitados y en situación de abandono”, expresó Jiménez.
A la pregunta de muchos de por qué no llevan a los perros directamente al HEMS para no hacer cirugías en esas condiciones, Jiménez enfatizó en que el estado de indigencia no se puede tratar como si fuera una decisión existencial y, por lo tanto, se debe respetar el derecho que tienen estas personas a negarse a que un grupo se lleve a sus mascotas.
“Incluso algunos argumentan que, en otras ocasiones, grupos de rescate les quitaron los animales para castrarlos y no se los devolvieron. Además, los indigentes están conscientes de su situación y son pocos los que acuden a los servicios de salud del Estado; entonces, ¿cómo pedirles que lleven a consulta a los animales hasta Heredia?”.
Busque más información sobre este servicio de HEMS en www.una.ac.cr/medvet/hospi-menores/