Satélites: salida a la sequía
Gerardo Zamora B. / CAMPUSgzamorab@una.cr
“Una medida estratégica consistiría en trabajar con información satelital. Existen grandes registros de datos, el caso del satélite LandSat 8, que toma fotos del país cada ocho días; son imágenes valiosas que pueden servir de base para tomar decisiones, podemos conocer, por ejemplo, el volumen y nivel de los mantos acuíferos; la NASA ya lo hace”, explicó Ricardo Sánchez, especialista en hidrología de la UNA.
La información satelital podría poner fin al eterno dilema de la insuficiencia de datos hidrológicos, que permitan la planificación de las autoridades a mediano y largo plazo: “en Costa Rica tenemos datos pero son pocos, ¿cómo podemos tomar decisiones para paliar la sequía? El monitoreo hidrológico continuo, hora a hora, es una opción, pero va a costar mucha plata y nos podría tomar hasta 25 años lograr una buena base de datos. Entonces tenemos que jugar entre lo ideal, que científicamente es ese monitoreo, y lo práctico”, enfatizó Yamileth Astorga, presidenta ejecutiva del Instituto de Acueductos y Alcantarillados (AYA).
Guanacaste en rojo
Según el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), el fenómeno de El Niño ya deja pérdidas que ascienden a los 20.500 millones de colones, en sembradíos y ganadería. Los cultivos más perjudicados son el maíz, con 1.378 hectáreas afectadas; arroz, con 604 hectáreas; 57 hectáreas de sandía perdidas; de caña de azúcar son 50, y de frijol 29. La producción de leche, carne y miel de abeja también se ha visto golpeada: 5.814 toneladas métricas menos de leche, 2.496 menos de carne, y de miel de abeja 2 toneladas menos.
Estos sectores no son los únicos en pagar los platos rotos de las drásticas variaciones climáticas: “el domo térmico, donde las aguas deberían emerger del fondo marino, frías y con gran cantidad de nutrientes, ahora emergen no tan frías. Esto tiene implicaciones para los recursos marinos; la especies pelágicas, dorado, atún, tiburón, no van a querer ir a esa zona, e irán a buscar regiones más frías. Entonces la pesca se verá afectada. Además, la disminución de lluvias, provocará que menos sedimentos y nutrientes lleguen a la zona costera, la producción de especies de escamas disminuirá; de nuevo la pesca saldrá golpeada”, aseguró Sánchez.
Universidades públicas, pieza clave
Consultado por CAMPUS, el presidente de la República, Luis Guillermo Solís explicó que el Ministerio de Planificación y Política Económica (MIDEPLAN) liderará un plan estratégico para atender la falta de agua en Guanacaste.
Al mismo tiempo, auguró que las universidades públicas serán vitales para enfrentar crisis ambientales como la originada por la última sequía: “la historia da lecciones y he estado pensando mucho en la experiencia del pueblo maya, cuyos esfuerzos por resolver la escasez de agua fueron insuficientes. Escaseó el maíz, aumentaron los conflictos. Hoy, debemos recurrir al ingenio humano, buscar soluciones innovadoras para aprovechar el agua, construir alianzas entre sociedad civil, instituciones públicas y sectores productivos. El desarrollo de tecnologías innovadoras, como los sistemas de riego subterráneos y el aprovechamiento de aguas residuales, es responsabilidad de las universidades públicas, subrayó, públicas, es de aquí de donde surge el conocimiento en nuestros países”, sostuvo Solís.
Actualmente, la UNA tiene 36 proyectos en Guanacaste que atienden el tema hidrológico, a través del Centro Mesoamericano de Desarrollo Sostenible del Trópico Seco (Cemede) y del Centro de Recursos Hídricos para Centroamérica y el Caribe (Hidrocec). “Desde estos centros de estudio, generamos información valiosa para Costa Rica y los procesos regionales”, señaló Sandra León, rectora de la UNA.
Mirada penetrante
Los LandSat son una serie de satélites construidos y puestos en órbita por Estados
Unidos para la observación en alta resolución de la superficie terrestre. Están equipados con instrumentos
para la detección remota; es decir, la recolección de información a distancia. Algunas de sus aplicaciones pueden ser el monitoreo de áreas deforestadas, la visualización del cambio climático y el sondeo en profundidad de fallas oceánicas. El primer satélite LandSat fue lanzado en 1972. |