Juventudes enfermas o partidarias
Johan Quesada Campos (*)johanqc20@hotmail.com
En estos días ha causado molestia el hecho de que en un acta suscrita por miembros de la Juventud del partido oficialista apareciera una evidencia clara de la intención de esta agrupación de aprovechar los recursos del gobierno para beneficio partidario. Por supuesto, no debería ser extraño que exista tal molestia.
Sin embargo, lo que sí resulta extraño es que habiéndose hecho tan popular dicha acta, no se haga también evidente una incomodidad profunda por los temas que en esa reunión se discutieron. Si realmente los temas que en el acta aparecen son los temas de interés de esta fracción de la juventud del partido de gobierno, la única conclusión posible es que nuestras juventudes organizadas partidariamente están enfermas de mediocridad, de irresponsabilidad y de inconsciencia.
Mediocridad porque no se toman la molestia de utilizar métodos científicos y rigurosos para adquirir su conocimiento e investigar las realidades sociales que pretenden atender. Ni siquiera contemplan los aportes de las diversas corrientes intelectuales que pueden existir, sino que se dedican a “predicar” y defender una doctrina ideológica que no va más allá del mundo de las ideas y que en el mundo real no tiene el mínimo efecto.
La irresponsabilidad se debe a una fuerte y creciente degradación de los valores éticos de la organización política y una consolidada y errónea construcción del concepto de política. La primera causa es un reflejo de lo que somos hoy en día como sociedad, de la poca formación en valores dentro de la organización política y de la forma tan normal y despreocupada con la que los propios líderes nacionales de ayer y hoy han afrontado los procesos de corrupción y malas prácticas dentro de la función pública. La segunda, se debe a la idea generalizada de ver la política como una institución social que funciona como mecanismo para luchar por el poder y el fin en sí mismo en lugar de un medio.
La tercera enfermedad es la inconsciencia. Al ser la política concebida como una lucha por el poder, simplemente todo esfuerzo se dirige a obtener un puesto. Por tanto, la mayor parte de los proyectos políticos inician su etapa planificada y pensada cuando empieza la contienda electoral y la terminan cuando esta finaliza, dejando el ejercicio de la función en manos de la improvisación y el destino.
Al no tener un interés claro en solucionar los problemas comunes del colectivo, los proyectos políticos se vuelven inconscientes de dichos problemas, pues no los conocen, no los estudian, no los comprenden y no los discuten, y en algunos casos, los observan únicamente desde un punto de vista que asumen como real y único. Es así como defender el proyecto se vuelve más importante que atender la razón por la que dicho proyecto existe.
Muchas de las juventudes están integradas por jóvenes que tienen fuertes lazos con políticos ya consolidados en las instituciones políticas y, en ocasiones, defienden posiciones que no son propias, sino que pertenecen a personas que tienen un cargo de mayor jerarquía; por tanto, no sería raro que muchas de las reuniones de las juventudes, no sean más que una extensión de lo que ya discuten los partidos políticos en los grupos que no son exclusivamente para jóvenes.
Costa Rica necesita juventudes autónomas, críticas y valientes, no solo para mantener su autonomía y criticidad, sino para desligarse de los esquemas ideológicos tradicionales; generaciones que entiendan que estamos ante una realidad con nuevas vías de comunicación e información, con nuevas formas de educación y problemas que requieren una atención particular, innovadora y consiente. Para quienes no somos militantes de ninguna de estas juventudes, pero sí nos preocupamos por lo que sucede en nuestra sociedad, resulta incómodo y triste saber que en este tipo de agrupaciones recae nuestro futuro; por eso, debemos trabajar para que las cosas cambien y surjan nuevas formas de hacer política.
La política es la institución social más noble en esencia pero la más corrupta en la práctica. Debemos luchar por mantener la esencia y corregir la práctica.
(*) Presidente Federación de Estudiantes, Feuna.