Sin Silencios...
y sin fisuras por la defensa de la UNA
José Carlos Chinchilla |
Este año, las universidades del Estado tendrán que entablar una negociación con el gobierno e indirectamente con las fuerzas políticas; algunas de ellas obtusas e interesadas que no se preocupan por el largo plazo sino solo por la inmediatez. Prestando atención a cualquier cosa que pueda ser utilizada como agua para sus propios molinos; de ahí su interés por los salarios de funcionarios universitarios, anualidades, carreras de baja atracción en el “mercado”. Es decir, enfatizando en lo no medular del quehacer universitario y que les permite diatribas para un público cultivado en el espectáculo político y en lo banal.
Hemos vivido con el arreglo transitorio logrado con el actual gobierno una descarga desproporcionada contra las cuatro universidades adscritas al FEES y observamos cómo pretendieron mutilar los acuerdos logrados mediante un recorte abrupto e irresponsable del presupuesto planteado por el Ministerio de Hacienda. Pues querámoslo o no, lo que sigue en este año va a ser posiblemente más complejo y difícil, por cuanto la politiquería ha continuado creando trincheras desde donde intentarán sabotear la autonomía universitaria, el libre pensamiento y la formación de profesionales con conciencia de Nación Costarricense; es decir, con noción de Identidad que conlleva compromiso con nuestros semejantes cuando compartimos más que el habitat de esta tierra.
En el caso particular de la UNA, viviremos un proceso electoral para el nombramiento de la persona que desde la Rectoría dirigirá la institución, y con este nombramiento también el puesto de la Vicerrectoría (hasta que se transforme el actual Estatuto Orgánico) y un gabinete. Esta elección acontecerá en medio de las negociaciones y debemos tener la solidez de mantener una cohesión universitaria más allá de las diferencias entre quienes aspiren a esos puestos y de quienes los apoyen; por cuanto la universidad debe en esta negociación del FEES, presentarse monolítica e inclaudicable de su misión de universidad necesaria en el siglo XXI.
Sin silencios debemos decir que no debe de haber fisuras en la defensa de la UNA y de la Educación Superior Estatal. Que nuestras eventuales diferencias debemos manejarlas al tenor de la circunstancia histórica en la cual solo nuestra unidad y convicción sobre el papel que jugamos como universidad estatal, nos permitirá continuar aportando al país, las personas, el conocimiento y el arte. ESTA UNIVERSIDAD NACIONAL ES NECESARIA Y DEBEMOS HACER TODO PARA QUE CONTINÚE VIGENTE EN FUNCIÓN DE LA NACIÓN COSTARRICENSE Y SU POBLACIÓN.