Bosques, producción de madera y cambio climático: una introspectiva para Costa Rica
Christian Zúñiga Méndez (*)czunigamendez@gmail.com
Sectores de sectores envueltos en una amalgama de escenarios y tendencias, incertidumbres y pronósticos. Así se mueve el mundo dentro del cambio climático y es así como el sector forestal, dentro de las discusiones de la comunidad científica y la burbuja política, es considerado como uno de los pilares más importantes para mitigar y adaptarse a los infortunios del cambio global. Dentro de lo mucho que nos interesa en esta nebulosa, es en particular el efecto que va a provocar el cambio climático en términos de productividad de los bosques, cómo será la dinámica de la producción de madera y qué motivos tenemos para seguir en la búsqueda de un posicionamiento del sector no como la cereza del pastel, sino como un elemento básico dentro y fuera de este marco estratégico.
Ante esta situación y entendiendo que por efecto del cambio climático se está poniendo la mirada sobre las zonas tropicales para la producción de madera, Costa Rica tiene un desafío: mantenerse activo y con peso de plomo en el comercio de los productos maderables. Específicamente, no se sabe en cuál de las tendencias se encuentra ubicado nuestro país, pero independientemente de lo que ocurra a nivel climático, comportamiento ecosistémico y de mercado, el sector se debe fortalecer en todas sus líneas para “agarrarle la comba al palo”.
Si el pronóstico pesimista que indican algunos autores es una realidad futura y próxima, deberíamos ir pensando en formas de adaptarnos a esos cambios de productividad en vez de mitigar los efectos que podrían generarse, o quizá, lo mejor es atacar dichas amenazas desde todos los frentes posibles. Dentro del Eje Estratégico 07 “Cambio climático, mitigación y adaptación” del Plan Nacional de Desarrollo Forestal 2011-2020 (MINAET 2011), hay ciertos indicadores que se deberían tomar como base para empezar a diluir o bien aprovechar lo impactos que se generan a raíz de los cambios en la productividad de los bosques. Programas de reforestación y manejo forestal sostenible y cuencas hidrográficas, medidas de adaptación para los ecosistemas forestales y volumen de consumo de la madera legal producida localmente; son los puntos idóneos donde, desde mi perspectiva, cabe una nueva dirección en el tema de adaptación y en donde los esfuerzos tienen que ser dirigidos.
Al respecto, autoridades como la FAO indican que se debe ir trabajando en aspectos como: adecuación de los planes de manejo para dar cuentas a los rendimientos producidos, adaptar los planes de aprovechamiento (ciclos de corta, productos forestales no maderables), implementar los tratamientos silvícolas (raleos, podas, cortas de lianas), modificar la duración de las rotaciones o ciclos de corta teniendo en cuenta las implicaciones de costos, tecnología y mercados, invertir en medidas para mejorar la estructura del suelo y reducir el estrés hídrico (reducir pastoreo y mantener cobertura orgánica), manejar la vegetación para reducir el estrés por sequía y diversificar los objetivos del manejo para incluir otros productos y actividades que generen ingresos a los pequeños y medianos productores.
La pregunta ahora es sí estamos preparados para dar este salto; desde las autoridades estatales, las o los gestores forestales, las comunidades, las instituciones académicas que desarrollan investigación y extensión, la o el productor forestal y sociedad civil en general. Aparentemente, con el discurso que Costa Rica maneja y hace lobby político en el mundo, pareciera que vamos por buen camino (o quizás es lo contrario), ajustando por un lado y por otro para que la esfera no pierda su forma. No obstante, deberíamos leer entre líneas y poner sobre la mesa qué tipo de prioridades son las que nos deberían ocupar desde el nivel donde nos encontremos. El buen manejo de los recursos implica ser creativos y ver la ciencia como un arte, más aún hoy que lo inevitable nos encierra en una esquina y con las manos medio atadas.
(*) Estudiante Escuela de Ciencias Ambientales-UNA.