Productores apuestan al acero vegetal
El bambú es una fibra natural que se utiliza para construir viviendas, artesanías, papel, biomasa y otros. La especie ofrece la resistencia y flexibilidad que favorecen su producción, industrialización y comercialización. Es material sostenible útil para elevar las condiciones de vida de muchas familias y podría consolidar un desarrollo económico inclusivo y en armonía con el ambiente.Laura Ortiz C. / CAMPUS
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El bambú puede desarrollarse en suelos degradados, tiene un rápido crecimiento, una alta fijación de dióxido de carbono y es útil para preservar los suelos debido a su capacidad para almacenar agua. Estas características lo convierten en un material noble para el productor.
Desde el MAG se impulsa el Programa Nacional de Bambú, el cual pretende aumentar la producción. “La meta es plantar 5.000 hectáreas, eso nos permitiría no solo satisfacer el mercado local sino incluso exportar. En el país se ha generalizado su uso para la construcción de muebles, pero es comparable con usos poco comunes como los que se les da al hormigón, el acero y la madera”, explicó Gilbert Charpentier, coordinador del Programa Nacional de Bambú del MAG.
“Aquí en el país el uso del bambú se destinó solamente para elaborar muebles y construir viviendas de bien social, pero en otros países de América del Sur, por ejemplo, su uso es generalizado para crear biomasa, papel, tableros, pisos, techos, aceites, biocombustible, carbón y otros; sus capacidades estructurales como la relación resistencia/peso excede la de la mayoría de las maderas e incluso se compara con la del acero”, detalló Alejandra Alegría, consultora independiente.
El Programa Nacional de Bambú trabaja en coordinación con el Fondo Nacional de Financiamiento Forestal (Fonafifo), y a la fecha ha financiado alrededor de 300 hectáreas de producción.
“Fonafifo considera el financiamiento de la producción de bambú por ser la principal especie de los productos no maderables del bosque, ser un complemento natural al uso de la madera y estar considerado por la FAO como una especie forestal”, comentó Héctor Arce, director de Fomento Forestal de Fonafifo.
Pioneros
Manuel Retana es el gerente de Bambú Tico, empresa fundada en 1980, pionera tanto en la siembra del bambú como en la fabricación de productos alternativos. Según asegura, “Costa Rica importa al año 96 millones de dólares en madera desde Chile, esto podríamos suplirlo con bambú”.
Este empresario trabaja con los productores en la creación de Bambucoop R.L., cooperativa que pretende la siembra de 5.000 hectáreas de bambú y que de acuerdo con Retana, generarían 4.000 empleos directos para la zona Brunca. “El futuro del bambú es la industrialización, y con ello la cantidad de empleos indirectos aumentaría. Indudablemente, su uso primario sigue siendo la arquitectura por su resistencia y maleabilidad, y por eso la producción debe estar dirigida a la fabricación de madera ingeniarizada como materia prima para construcción de muebles, usos para edificaciones y vigas estructurales”.
Desde la Edeca-UNA, también se impulsa el proyecto de producción de bambú, que se ejecutará en la región atlántica del país y pretende elaborar la cadena productiva de subproductos de bambú para implementar políticas que contribuyan a potenciar el desarrollo productivo y ambiental del sector forestal en Costa Rica.
“El proyecto también mostrará un inventario de la ubicación de las plantaciones actuales, su estado y manejo silvicultural y un mapa con zonas potenciales para plantar. Además, incluirá un paquete tecnológico con un manual para productores de bambú, costos de producción y ensayos de fertilización”, dijo Marilyn Vargas Rojas, investigadora del proyecto Bambú, UNA.
Además, este proyecto incluirá la evaluación del efecto de las plantaciones de bambú sobre el balance hídrico, la protección de los suelos y el diseño de lineamientos de política pública para la producción, transformación y manejo sostenible del bambú en el país.
Hábitat alternativo
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