Diagnostican problemas emocionales en perros
El trastorno psiquiátrico en los perros obedece en algunas ocasiones al trato y manejo que recibe el animal por parte de sus amos.Johnny Núñez/CAMPUS
jnunez@una.cr
La terapia conductual y en muchos casos los medicamentos son parte del tratamiento en mascotas con problemas emocionales y de comportamiento. |
Para la Universidad Autónoma de Barcelona, la Etología Clínica se ocupa de resolver los problemas de comportamiento que presentan los animales de compañía. Asimismo, el diccionario de psicología científica y filosófica, cataloga a la Etología como una disciplina científica derivada de la Zoología que se preocupa por el estudio de los comportamientos de la distintas especies animales.
En Costa Rica, la aplicación de la Etología Clínica da sus primeros pasos, tanto en lo relacionado con el diagnóstico como con el tratamiento de dichas enfermedades, gracias al máster realizado en este campo, en la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, España por Ericka Pérez, médico veterinario e investigadora de la Escuela de Medicina Veterinaria y del Hospital de Especies Menores y Silvestres de la Universidad Nacional (UNA).
Cambios bruscos
Pérez explicó que el origen de estos problemas de comportamiento en las mascotas puede obedecer a factores meramente emocionales, orgánicos o una combinación de ambos. Por ejemplo, una función deficiente de la tiroides, ya sea aumentada o disminuida, puede provocar un trastorno del comportamiento tanto en perros como en gatos; dicho trastorno se manifiesta ya sea un cansancio excesivo, ansiedad, agresividad y hasta hiperactividad. “Para llegar a la conclusión de que se trata de un problema exclusivo de comportamiento, se debe descartar cualquier causa orgánica como lo son las enfermedades digestivas, urinarias, ortopédicas, endocrinas y neurológicas que causen molestia o dolor al animal”.
Según Pérez, un porcentaje significativo de los perros que presentan diarreas con sangre, puede deberse a un cambio en el ambiente del animal, muy distinto a causas orgánicas como bacterias, parásitos, virus y tumores que también provocan diarrea, por lo cual es esencial consultar al dueño si recientemente hubo un cambio brusco en el ambiente de la mascota que podría resultar en una colitis por estrés. En gatos es común encontrar problemas de cistitis por estrés, cuadro muy similar al observado en mujeres por la misma razón.
En cuanto a la sintomatología, Pérez indicó que es común observar cambios en la actividad diaria o nocturna, apetito aumentado o disminuido, vómito, diarrea, agresividad, vocalizaciones excesivas e hiperapego. “Es muy común atender perros con trastornos de ansiedad por separación de sus dueños, por ejemplo, aquellos que siguen al dueño a la cocina y hasta al baño, en muchos casos rascando las puertas y haciendo creer a las personas que se trata de un amor incondicional”.
Educar no consentir
Pérez comentó que antes de brindar un tratamiento lo primero es conocer al dueño, mediante un cuestionario estandarizado, el entorno en el cual se desenvuelve el animal, comportamiento en general, actividad diaria, y otros indicadores que refieran al periodo de socialización. “De las seis a las ocho semanas, todo lo que ocurra alrededor del cachorro, ya sea positivo o negativo, influenciará en el comportamiento y la forma en que el perro o gato se desenvuelva en la edad adulta, ya sea ante animales o ante personas. Además, si un cachorro fue separado de su madre al mes de edad, son animales predispuestos a presentar un problema de comportamiento”.
En el caso de perros muy apegados, la especialista recomienda que el animal comparta, en la medida de lo posible, con otras personas de la casa los juegos, darle de comer y salir a caminar, para disminuir el sentimiento de dependencia hacia una persona en específico.
En términos generales, se debe garantizar a la mascota una adecuada alimentación, buen dormir, contacto con personas y congéneres para facilitar la socialización, ejercitar 30 minutos mínimo al día (esto constituye un efecto calmante y mejora la relación dueño-animal), evitar premiar con palabras y caricias conductas no deseadas, por ejemplo, cuando al llegar a casa la mascota se tira encima de su dueño. Si el dueño lo permite, esto potencia la conducta indeseada; por el contrario, evitarlo es clave para prevenir y manejar los diferentes problemas de comportamiento
Actualmente, hay muchos juguetes disponibles tanto para caninos como felinos, los cuales aumentan el interés por el juego y la interacción con el propietario.