La cultura del sabanero en el siglo XXI
Johnny Núñez/CAMPUSjnunez@una.cr
Mario Moraga, en el corral de su finca, es una estampa del sabanero que ha sobrevivido al paso de los años. |
Así se desprende de una investigación de Víctor Julio Baltodano, académico de la Sede Regional Chorotega de la Universidad Nacional (UNA), quien realizó un estudio detallado sobre la cultura del sabanero en el siglo XXI.
Según Baltodano, a finales del siglo XIX e inicios XX, las grandes haciendas empiezan a acaparar las tierras en Guanacaste y toma fuerza la figura del sabanero, en una región que empezó a padecer la escasez de mano de obra debido a las actividades bananeras en el Atlántico y las minas de Abangares.
Ante ese panorama, el dueño de la hacienda debía pagar una especie de prima para que se le diera el adecuado manejo a la finca. Eso fortalece el orgullo sabanero y lo incorpora en la cotidianidad del que luego se convierte en un ícono de la cultura regional.
“Esto surge a raíz de la construcción de una masculinidad en torno al trabajo rudo, que consistía en el manejo del ganado bravo, potros salvajes y las extensas jornadas laborales. Esa construcción de masculinidad lo conduce a exteriorizar un orgullo sabanero, del hombre que trabaja muy fuerte, del macho enamorado y retahilero”.
Transformación del sabanero
Steven Gómez, sabanero de la hacienda Santa María. |
Destacó que para ese entonces se vivía un capitalismo posguerra, con tasas de crecimiento en el ámbito mundial muy altas. “Comienzan a introducirse nuevas razas y tecnología, desaparece el corral de piedra y se trabaja el ganado de forma diferente, en donde la hacienda se incorpora a un nuevo eje de acumulación ligado a la carne de exportación, lo cual provoca la transformación paulatina del sabanero”.
Es a partir de los años 80, cuando se da un nuevo paradigma con los procesos de privatización y globalización, por lo que el sabanero empieza a migrar hacia el turismo, situación que impacta los vínculos sociales hacia una persona transformada, desligada de la tierra y el ganado.
Baltodano precisó que al cambiar la principal actividad económica hacia el turismo en los años 90, el sabanero pasó de tener su vínculo eminentemente con la tierra y el ganado a los servicios. Otro tipo de sabanero transformado es aquel ligado con la tierra, pero con menos prácticas laborales y los sabaneros por apropiación, que hace referencia a un estilo de vida muy ligado al espectáculo taurino.
Sabanero Rafael Duarte, de Santa Cruz. |