A desenterrar...
Hace un siglo…
Isabel Ducca D. |
No pretendemos un estudio ni una propuesta formal. Simplemente deseamos rescatar una que otra anécdota.
Del 17 de mayo de 1913, de la revista humorística Ecos, hemos retomado unas citas acerca de la desilusión ciudadana:
Quienes pasaron mil soles
en el trabajo de la era,
y no reciben siquiera
con qué pagar los frijoles.
¿Esos acaso creerán
que en verdad tenemos Pan?
¡No creerán!
Y los pobres campesinos
que con trajes de soldados
pasan la noche parados
en los torreones vecinos.
¿Esos también me dirás
que creen que tenemos Paz?
¡No lo creás!
Al mísero labrador
que solo tiene un solar
sin que lo pueda limpiar
de malezas con el fuego
y a quien obligan al riego
con la multa y el arresto.
¿Le dirá “Usté” después de esto
que tenemos Libertad?
¡Qué barbaridad!
¡Yo no sé si ellos creerán
que hay Pan, Paz y Libertad!
La sátira contra la política oficial no termina ahí. En la misma publicación, apareció un chiste titulado Feminismo a la fuerza:
-Ya lo sabes Timoteo, tú a los quehaceres domésticos y yo… a la política.
-Tiene gracia…
-Pues, chico, no tanta; ya que ustedes, los varones, son tan inútiles y tan inmorales para la política, vamos a ver si nosotras las mujeres somos capaces de hacer algo que sirva.
Por último, para culminar con esa visión tan negativa del quehacer político:
…en nada sigas los ejemplos de los prohombres de la política porque te hundirás, como se ha hundido el país por seguir sus pasos.
El pueblo costarricense de 1913 padecía, aparentemente, del mismo mal de hoy, confundía la politiquería &partidaria y electorera& con la política. Y, ciego, por tal confusión, creía en promesas y baladas de ilusiones.