Productores emprenden reconocimiento de bienes propios del país

Centro universitario promueve los sellos de calidad distintivos para productos que solo se hacen u originan en ciertas zonas de país. Esta es una opción a las nuevas demandas del consumidor ante la producción de bienes agroindustriales masivos.

Laura Ortiz C./CAMPUS lortiz@una.cr

La estrategia de diferenciar productos por medio de figuras colectivas de la propiedad intelectual, como denominación de origen, indicación geográfica, marcas colectivas y marcas de certificación, es relativamente nueva en el país, y aunque su reconocimiento es insuficiente, sí resulta clave para el desarrollo rural, la competitividad, la fijación del valor agregado local y la seguridad alimentaria.

Desde la Escuela de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional (UNA) se conformó en el 2010, bajo el liderazgo del actual vicerrector de Investigación, Daniel Rueda, el Centro de Apoyo para el Desarrollo de Denominaciones de Origen y sellos de Calidad de Productos Agroalimentario y Artesanales (CadenAgro), cuyo objetivo es generar valor agregado local mediante estrategias colectivas de rescate, valorización y promoción de productos que presentan atributos distintivos de calidad y origen.

Un ejemplo de ello son las comunidades productoras de cerámica tradicional Chorotega, Guaitil y San Vicente. Los yacimientos de la arcilla que se utiliza están solo en esa zona, lo mismo que el "saber hacer" transmitido de generación en generación, lo cual le brinda rasgos particulares a esta cerámica.

CadenAgro realizó, durante el 2009 y hasta el 2011, estudios históricos, arqueológicos, antropológicos, geográficos y geológicos, mapas de yacimientos de arcillas geo referenciados, y análisis químicos, para crear finalmente un Pliego de condiciones de la denominación de origen Cerámica Chorotega y una normativa de uso de la misma, próxima a lograr su registro oficial.

"Nuestro objetivo es mejorar la calidad del producto, proteger su producción ancestral y ponderar la expresión cultural y comercial de la cerámica para generar valor agregado local. Se impartieron capacitaciones a los productores sobre los mecanismos de propiedad intelectual y los procesos de organización y gestión para su puesta en el mercado bajo la denominación de origen, sus ventajas y las implicaciones para su desarrollo", explicó Leonardo Granados, coordinador de CadenAgro.

Para Granados, si bien los procesos de estudios técnicos y de organización local para la formulación de denominación de origen son largos y pueden requerir ciertos ajustes en la metodología, es fundamental la gestión colectiva que deben asumir tanto los actores sociales como locales. "La sostenibilidad de los procesos de diferenciación y protección de productos artesanales tradicionales dependen de una institucionalidad regional articulada que acompañe y genere capacidades organizacionales en los Consejo Reguladores".

Asimismo, el Centro estuvo directamente involucrado en la indicación geográfica del banano y la denominación de origen del queso Turrialba. "El queso Turrialba fue el primer producto lácteo con ese distintivo registrado en Centroamérica", aclaró Granados.

Los quesos constituyen un producto propenso a enfrentar problemas por contaminación y malas prácticas, por lo que los procesos de fabricación deben, necesariamente, estar respaldados por sistemas de trazabilidad.

"Desde CadenAgro diseñamos un sistema piloto de trazabilidad y una plataforma informática en línea para la agrocadena del queso, como instrumentos de control, que permitieran asegurar el tratamiento correcto de los procesos de producción y fabricación y favorecieran la inserción al mercado, competitividad, y resguardo del patrimonio agroalimentario local", dijo Granados. Para este caso, explica el investigador, es necesaria la participación de los productores en los talleres para el uso eficiente de nuevas tecnologías.

El investigador resaltó que CadenAgro se constituye en la única instancia especializada en estos procesos y una de las pocas en América Latina, lo cual es posible mediante la conformación de un equipo de investigación y extensión multidisciplinario. La experiencia adquirida se ha visto reforzada mediante las alianzas estratégicas del Programa con la Universidad de Florencia, Itailia, el INTA Argentina y otras entidades públicas y académicas en Latinoamérica y la Unión Europea.

"El siguiente reto será la generación de capacidades comunitarias para llevar hasta el mercado, en forma exitosa, los productos registrados, lo cual requiere procesos de innovación institucional. Este será uno de los retos de la segunda fase del Programa", finalizó Granados.

En regla

El 6 de enero del 2000 Costa Rica emitió la Ley de Marcas y otros signos distintivos, que supuso la incorporación de un conjunto de "signos distintivos" de la propiedad intelectual asociados con la calidad y el origen geográfico, la cual busca proteger los derechos de propiedad de bienes agroalimentarios y artesanales distinguidos por ciertos atributos o cualidades específicas derivadas de las particularidades de su entorno físico y humano.

CadenAgro brinda servicios para la promoción y obtención de sellos de calidad diferenciada que responden a la normativa nacional e internacional en materia de estos signos distintivos. A la fecha han liderado más de 12 iniciativas que incluyen proyectos de investigación, extensión y servicios de vinculación externa en productos como el queso Turrialba, alfarería Chorotega, mora criolla, chayote y queso palmito. Además de Leonardo Granados, también conforman este grupo de investigadores Carlos Hernández, Wilson Picado, Julián Rubí, Esteban Montero, Ana Gutiérrez, Karen Solera, Adelson Araya, William Alfaro y Keylor Villalobos, además del equipo administrativo.

Más información: www.cadenagro.org

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    Noviembre 2016 - Año XXVI # 281

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