Amenazas y cambio climático agravarían situación de riesgo

"El primero paso hacia la gestión del riesgo es conocer a profundidad el riesgo actual al que estamos expuestos, la contribución del ser humano a estos riesgos, y luego proyectar el crecimiento de los mismos como resultados del Cambio Climático..."

Gustavo Barrantes Castillo
Académico Escuela de Ciencias Geográficas.



Vista desde el puente de Quebrada Seca. Esta cominidad sufrió una gran inundación el pasado 15 junio y a la fecha sigue expuesta y con alta vulnerabilidad.

Laura Ortiz C./CAMPUS
lortiz@una.cr

Costa Rica cuenta con una serie de amenazas de índole natural, social y ambiental que hacen vulnerable su territorio; los efectos del cambio climático podrían agravar el riesgo para el futuro.

Inundaciones o periodos más extensos de sequía, son fácilmente atribuibles al cambio climático; sin embargo, para el académico Gustavo Barrantes, de la Escuela de Ciencias Geográficas de la Universidad Nacional (UNA), antes de hablarse de este fenómeno, se debe conocer la variabilidad climática de la región.

La tendencia, de acuerdo con el investigador, es relacionar los eventos extremos y los desastres actuales con el cambio climático, un fenómeno antrópico que si bien está comenzando a afectarnos, tendría consecuencias importantes a mediano y largo plazo. "Debemos conocer primero la variabilidad climática; es decir, esos fenómenos que son recurrentes en diferentes escalas temporales y de los que falta una línea base para entenderlos y el mejor de los casos predecirlos".

Diferenciar el compartimiento de ciertos procesos de la afectación del cambio climático es importante. En el caso de Puntarenas, según Barrantes, se presentan mareas más altas de lo normal con un recurrencia de entre 4 y 5 años que se repiten y tienen que ver con la posición de la luna y el sol con respecto a la Tierra. "Si no aprendemos a lidiar con eventos que se repiten entre 4 a 5 años, ¿cómo podremos adaptarnos a un nivel del mar que está en ascenso?; en otras palabras, debemos primero adaptarnos a un medio que fluctúa de manera natural para sumarle las afectaciones derivadas del cambio climático".


Más presión

El crecimiento urbano hace que exista una mayor presión para establecer viviendas en sitios no aptos, lo que aumenta la exposición de personas y bienes. "No podemos hacer planificación territorial porque el marco legal lo entraba; lo que está construido es casi imposible volverlo a su estado natural, tampoco es lo ideal reubicar personas porque el costo es muy elevado. Por el contrario, estamos ocupando zonas de alta amenaza elevando de esta manera el riesgo, debido al aumento de la vulnerabilidad, si no tenemos un buen registro la memoria nos falla y ocupamos espacios que parecen, pero no son seguros, y progresivamente serán más peligrosos como resultado del cambio climático", explicó el geógrafo.

El estudio de fenómenos como el de "El Niño" o "La Niña" podrían ayudarnos a comprender nuestra variabilidad climática y con ella nuestra vulnerabilidad actual. "El Niño es un fenómeno recurrente, pero no podemos predecir con exactitud cuando ocurrirá, lo que podemos hacer es registrar su efecto, y adaptar la agricultura, la construcción y las disponibilidad de agua a esta fluctuaciones. Según los escenarios a mediando plazo del Instituto Meteorológico Nacional, lo que hoy vemos anormal, como el retraso en la entrada del periodo lluvioso, la ausencia del veranillo de San Juan o el aumento de la intensidad de la lluvia, podrían ser las condiciones normales como consecuencia del cambio climático".

"El primer paso hacia la gestión del riesgo es conocer a profundidad el riesgo actual al que estamos expuestos, la contribución del ser humano a estos riesgos, y luego proyectar el crecimiento de los mismos, como resultados del cambio climático". No es el caso del vulcanismo o la sismicidad, los efectos del cambio climático se verán en el mediano y largo plazo en los eventos hidrometeorológicos: más sequías, más inundaciones y posiblemente más deslizamientos. "Tenemos que evitar que zonas vulnerables se urbanicen, todos queremos vivir por ejemplo en el valle central, en las ciudades, pero tenemos que aceptar que si no empezamos a planificar ciudades compactas con desarrollo vertical, vamos a exponer a más gente y bienes a la ocurrencias de desastres. Esta condición actual se va a agravar por el cambio climático."

Riesgo costero

Las zonas costeras son los ambientes más dinámicos del planeta, especialmente las playas arenosas. "Cuando observamos erosión costera en estos ambientes es el resultado de la falta de sedimentos. Esto puede ocurrir por muchas razones como el cambio en el uso del suelo, la construcción de obras portuarias que afectan el flujo de sedimentos, por marejadas extremas que se originan fuera de la región y por cambios en el nivel del mar. Por esta razón no podemos atribuirlo directamente al cambio climático, no obstante está claro que estas zonas serán altamente impactadas por ascenso del nivel del mar".

Si bien el aumento de las temperaturas, según Barrantes provoca una expansión térmica en el océano y con esto un aumento en el nivel del mar, sus efectos como la erosión costera, se pueden apreciar en el mediano y largo plazo (décadas o más), por lo que el estudio de procesos de erosión costera acelerada como el que se registra en el Caribe Sur, está relacionado con la interacción de múltiples factores, entre los que está el cambio climático. "Debemos determinar cuánta de esta erosión costera es atribuible a la variabilidad climática, a la construcción de obras en la zona costera, a los cambios en el uso de suelo, y cuánto tiene que ver con el incremento en el nivel del mar como resultado el cambio climático".

Desde la Escuela de Ciencias Geográficas, la Escuela de Ciencias Biológicas y el Departamento de Física, se trabaja en un proyecto interdisciplinario de investigación sobre erosión costera en la zona del Caribe, que buscará determinar los cambios ocurridos en el mediano plazo (60 años) a través de fotografía aérea e imágenes satelitales y levantamiento de campo para comprender los ciclos propios de la dinámica costera y los procesos que podrían relacionarse directamente con el cambio climático.

Barrantes presentó este tema en el I Congreso Universitario de Cambio Climático y Gestión del Riesgo, organizado por la Facultad de Ciencias de la Tierra y el Mar, el 1 y 2 de setiembre, donde también se abordaron temas como monitoreo de bosques mediante sensores remotos, efecto del cambio climático en la producción de hortalizas, impacto en la producción apícola, estrategias participativas, adaptación de sistemas productivos de cacao frente a eventos extremos, educación para la prevención de riesgo, y presencia de domos de gases de efecto invernadero en la Gran Área Metropolitana. Para conocer la lista completa de conferencias y descargar las ponencias haga clic aquí: www.tierraymar.una.ac.cr

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    Octubre 2016 - Año XXVI # 280

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