Forjadores de la UNA
Padre Benjamín Núñez Vargas
Xinia Molina Ruiz/CAMPUSxmolina@una.ac.cr
El Padre Núñez fue sacerdote, doctor universitario, ministro de Estado, embajador, profesor universitario y rector, pero sobre todo fue un patriota, un hombre que amó y defendió su patria.
Sembrador de rebeldías, con el don de la inconformidad de no aceptar las distintas realidades sociales sobre todo la injusticia, el Padre Núñez, sigue siendo el guardián y guía del compromiso que adquirió esta casa de estudios: “La Universidad no será buena, habrá de ser excelente”.
Muchos pensaron que después de la Revolución de 1948 el Padre Núñez colgaría sus hábitos sacerdotales para dedicarse a la acción política directa y, aunque ocupó posiciones políticas y académicas, jamás se apartó de su vocación inicial de sacerdote.
De sacerdote a las milicias
Benjamín Plácido Núñez nació el 24 de enero de 1915 en Pacayas de Alvarado y, pocos años después, ya era monaguillo de la parroquia del lugar. El sacerdote Francisco Steinhoff, dándose cuenta de la facilidad e inclinación de Benjamín para el estudio, convino con sus padres para enviarlo a continuar sus estudios en el Colegio Seminario en San José, de ahí pasa luego al Seminario Mayor para ordenarse como sacerdote el 9 de enero de 1938. En agosto de ese mismo año es enviado a seguir estudios universitarios sobre sociología en la Universidad de Niágara, Estados Unidos, y luego a la Universidad Católica de Washington D.C.
Apenas con sus dos pies en el país, hablaba de organizar a los obreros y a los patrones, para crear en ellos conciencia de sus deberes sociales. Desde el púlpito de la Iglesia de Los Ángeles, un 2 de agosto de 1943, anunció el inicio de la labor de la Iglesia Católica a favor de los trabajadores. Con ello surgió la formación de un movimiento sindical en defensa de los trabajadores, llamado luego la Central Sindical Costarricense Rerum Novarum, de la cual luego se convertiría en su presidente.
Cuando José Figueres Ferrer declaró la guerra al gobierno de don Teodoro Picado, el Padre Núñez, con la anuencia de Monseñor Sanabria, se unió al ejército de don Pepe, en calidad de capellán general del Ejército.
Terminada la gresca del 48, Núñez fue nombrado por Figueres como ministro de Trabajo. En ese período el Partido Liberación Nacional le ofreció la candidatura a la presidencia de la República, ofrecimiento que declinó en favor de su sacerdocio. No obstante, ocupó cargos públicos como el de embajador de Costa Rica en Israel y continuó dando clases en la Universidad de Costa Rica y ejerciendo el sacerdocio en San Isidro de Coronado.
De las milicias a la Universidad Necesaria
Al Padre Benjamín Núñez Vargas le correspondió, no sólo convertirse en el primer rector de la Universidad Nacional el 22 de febrero de 1973, sino en ser el primer obrero para construir la nave mientras navegaba.
El 25 de agosto de 1983, al celebrar la UNA su XX aniversario, el Padre Núñez pronunció un discurso que aún resuena por el campus. “Cuando me retiré de la rectoría (…) sentí que quedaban muchos sueños por realizar, quedaba tanto por hacer, porque una universidad nunca se termina de construir ni material ni académicamente. Que sigan los obreros de hoy construyendo una Universidad que pueda realizar sus nobles destinos y llenar el anhelo que expresé al asumir mis funciones. Tengo fe en la Universidad Nacional… pondremos en ella lo mejor del corazón y de la inteligencia…En ella será bello trabajar, bello vivir y, si es necesario, bello morir”.