Embutidos, carnes rojas y cáncer
Ligia Chaves Rodríguez (*)lichaves23@hotmail.com
Recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Internacional sobre Cáncer emitieron un comunicado para advertir que la carne procesada causa cáncer colorrectal y la clasificaron como “carcinógena”, basado en evidencia suficiente con humanos. Los expertos concluyeron que cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta en un 18% el riesgo de padecer cáncer colorrectal.
A la carne roja la clasificaron como probablemente carcinógena, basadas en evidencia limitada de que el consumo de carne roja causa cáncer en los humanos y fuerte evidencia mecanicista que apoyan un efecto carcinogénico. Esta asociación, dicen los expertos, se observó principalmente con el cáncer colorrectal, pero también se asoció con el cáncer de páncreas y el de próstata.
¿Qué se considera carne roja? Es toda la carne muscular de los mamíferos, incluyendo res, ternera, cerdo, cordero, caballo y cabra.
¿Qué se considera carne procesada? Se refiere a la carne que ha sido transformada a través de la sazón, el curado, la fermentación, el ahumado u otros procesos para mejorar su sabor o su conservación. La mayoría de las carnes procesadas contienen cerdo o res, pero también pueden contener otras carnes rojas, aves y subproductos cárnicos. En Costa rica, las más comunes son jamón, mortadela, chorizo y salchichón.
¿Qué debemos hacer? Desde el 2011, las Guías Alimentarias para Costa Rica, recomendaban consumir carnes blancas (pescado, pollo o pavo) tres veces o más por semana. Además, sugerían que el consumo de res y cerdo no fuera más de tres veces a la semana y en una ración de 90 gramos, equivalente al tamaño de la palma de la mano. Sobre las carnes procesadas y embutidos aconsejaban evitar su consumo.
La Sociedad Americana del Cáncer sobre Nutrición y Actividad Física para la Prevención del Cáncer recomienda, entre otros aspectos del estilo de vida, comer cinco o más porciones de una variedad de frutas y verduras al día, por el contenido de vitaminas y otros nutrientes protectores contra el cáncer, como son los antioxidantes; además, mantener un peso saludable y hacer ejercicio.
La misma OMS menciona que, en general, 2,7 millones de muertes anuales son atribuibles a una ingesta insuficiente de frutas y verduras y alrededor de 1,9 millones de muertes anuales a la inactividad física.
Tomando en cuenta lo expuesto, la recomendación más importante es aumentar el consumo de frutas y verduras y reducir las carnes rojas. Asimismo, se debe disminuir considerablemente los embutidos, y en personas que ya tienen cáncer lo aconsejable es no comerlos y aumentar la ingesta de alimentos protectores (frutas, verduras y legumbres).
Con respecto al cáncer colorrectal, la fibra contenida en los alimentos son protectoras, por lo tanto, la población debe abstenerse de comer comida rápida y mejorar el consumo de leguminosas, como los frijoles, e incluir frutas en todas las meriendas. También, los vegetales cocinados, ya sean hervidos o en picadillo, junto con las ensaladas frescas, deben ser parte del almuerzo y la cena; las ensaladas deben prepararse con diferentes hojas verdes e incluir otros alimentos protectores como el tomate y la zanahoria. Es necesario que la población evite la comida rápida por su bajo contenido de fibra.
La cocina tradicional costarricense contiene abundantes recetas con alto contenido de nutrientes protectores contra el cáncer y debemos rescatarlas. Es importante aunar esfuerzos para que los niños, las niñas y adolescentes implementen hábitos saludables desde etapas tempranas, para así tener una población saludable a futuro, máxime en un país altamente productor de vegetales y frutas que protegen contra el cáncer.
(*) Nutricionista-Ciemhcavi-UNA.