La movilidad urbana sostenible en el siglo XXI
Leiner Vargas Alfaro (*)www.leinervargas.com
El diseño o rediseño de las ciudades juega un papel central en este nuevo paradigma del transporte, dado que se privilegia un entorno urbano con la menor cantidad de vehículos automotores, no solo para eliminar la contaminación urbana en ruido y contaminantes atmosféricos, sino por la gran competencia que genera con los espacios de vialidad peatonal o las ciclovías, elementos que se convierten, cada vez más, en la parte central del entorno urbano. El estímulo a la movilidad sostenible pasa por entender los requerimientos de transporte en su dimensión humana, el trabajo, el estudio, la recreación y los aspectos cotidianos de tramitología del ciudadano, permitiendo hacer mucho más racional, tanto para el que vive en la ciudad como quien la visita.
Lo que hoy son dos o tres calles o avenidas debería convertirse en la norma en los cascos centrales de la ciudad. Las zonas peatonales, con grandes márgenes para el peatón y muy restringida regulación para vehículos requieren de concebir nuevamente los espacios urbanos y su apropiación ciudadana. Imagínese solo como ejemplo lo que sería una vía peatonal completa entre la Universidad Nacional y el Palacio de los Deportes, como nos hemos perdido de estas cosas tan hermosas por darle cabida al comercio o a los vehículos en la ciudad. Espero verlo en unos años y no en unas décadas, el gran desafío de nuestras ciudades es reducir el impacto de la creciente y desenfrenada motorización del transporte y devolverle al entorno de la ciudad la vitalidad del caminar seguro, inclusivamente y con un entorno culturalmente atractivo por su casco central.
Es urgente concebir la interconectividad en los servicios de tren y de autobús, no pueden darse a la libre paradas de autobús por doquier. No podemos seguir viendo nuestras calles tomadas por buses o taxis que ingresan al centro de la ciudad. Se requiere un trabajo coordinado y urgente en materia de rectoría del transporte, que ordene y agilice la vialidad y la movilidad, mucha voluntad, mucho liderazgo y sobre todo, mucha visión en nuestras autoridades locales y de nuestros gobernantes para romper el paradigma insostenible del siglo XX y afrontar con seriedad los desafíos de la movilidad urbana sostenible del siglo XXI.
(*) Catedrático de la Universidad Nacional